Frente a un aumento en las infecciones, el mes pasado Austria se convirtió en el primer país de Europa occidental en volver a imponer un confinamiento y en hacer de la vacunación contra el virus una obligatoriedad.
Los manifestantes llevaban pancartas con mensajes como: «Decidiré por mí mismo», «haced que Austria vuelva a ser grande» o «nuevas elecciones». «Estoy aquí porque estoy en contra de las vacunas obligatorias. Estoy a favor de los derechos humanos, y la violación de los derechos humanos debe detenerse», ha dicho un manifestante a Reuters Televisión.
«Estamos protegiendo a nuestros niños», ha clamado otro.
Ha habido alrededor de 1.200 policías desplegados para controlar las marchas y hay algunos detenidos. Según los cálculos policiales, en la manifestación han participado más de 40.000 personas.
Pero no solo Austria acoge manifestaciones contra las restricciones impuestas por el virus. En Alemania, al menos cinco periodistas han resultado heridos leves mientras cubrían una protesta no autorizada en Berlín contra las medidas impuestas por el Gobierno.
También en Holanda, miles de personas han protestado en la ciudad de Utrecht contra las restricciones que entraron en vigor el fin de semana pasado.
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