El motivo principal para no ponerse ni siquiera una primera dosis es que se han desarrollado muy rápido, no son seguras o están en fase experimental, según afirma el 72% de los encuestados; los que ya se habían inoculado una primera dosis, desistieron de inyectarse una segunda principalmente por haber tenido muchos efectos adversos con la primera dosis, según el 44% de los encuestados.
Estos resultados iniciales se basan en el análisis de 2.312 respuestas obtenidas en el mes de octubre mediante un cuestionario on line lanzado a través de WhatsApp y distintas redes sociales como Facebook, Twitter y Linkedin. Los resultados se deben considerar como preliminares debido a la metodología de recogida de información a través de redes sociales, por lo que hay en marcha un nuevo estudio complementario en una muestra representativa de la población española.
la idea es que el Ministerio de Sanidad utilice estos datos para desarrollar campañas y estrategias de comunicación específicas para estos grupos de población que pueden tener más dudas, miedos y preocupaciones sobre la vacuna.
Hay más gente joven y hombres que han contestado, lo que no es representativo de la población. Por ello, próximamente lanzarán los resultados de otro estudio realizado en paralelo, que sí es representativo por sexo, edad y comunidades autónomas, también realizado on line. Con el diseño de esta encuesta se quería capturar gente no vacunada, que ha sido un 97% de los que han contestado, y solo un 3% sí se había puesto una dosis, pero no pensaba ponerse otra
España no es un país antivacunas, como se ve en la principal razón para no vacunarse. Es por preocupación, miedo a los efectos secundarios, el hecho de que la vacuna pueda no ser segura porque se ha desarrollado muy rápido... Es la percepción de que estas vacunas tienen una tecnología un poco diferente, sobre todo la ARN mensajero, y que pueden ser peligrosas.
Tras el primer motivo de los efectos adversos, el segundo más mencionado entre las personas que se habían puesto una dosis pero no pensaban ponerse la segunda es haber pasado ya la enfermedad, según el 22% de los encuestados.
Entre quienes no se habían puesto ninguna dosis, tras el primer motivo de las dudas en la seguridad de las vacunas, la segunda razón más citada, por el 48% de los encuestados, es que las vacunas son malas para la salud y me preocupan sus efectos secundarios; le sigue su pensamiento de que "Las vacunas son un negocio"(44%); "Estoy sano y no necesito vacunarme" (41%) y "Las vacunas contra la covid-19 no funcionan" (41%). Otras razones citadas son el coronavirus no existe o las vacunas son un engaño (12%).
Un 9% también citó "He pasado la enfermedad y por lo tanto estoy inmunizado", un porcentaje que también se obtuvo para la razón "No me voy a contagiar". Con un 8% aparece "No lo hago por problemas de salud o indicación médica" y con un 7% o inferior, otras razones citadas son "No creo en las vacunas en general", "Tengo motivos religiosos o éticos" y "Sólo creo en la medicina natural".
En cuanto a los motivos citados de manera más minoritaria, con un 5% o menos entre los encuestados, para no vacunarse son desconfianza en la información y en las farmacéuticas (4%); estar embarazada (3%); "No me gusta que me presionen/obliguen" (2%); "Me queda lejos el centro de vacunación" (2%); "Tengo problemas administrativos" (1%), "Tengo miedo a perder el trabajo" (1%) o "Prefiero esperar" (1%).
Casi el 60% de las personas encuestadas que no se ha vacunado respondió no tener intención de vacunarse en el futuro, mientras que un 33% no estaba seguro y un 8% apuntaba que sí tenía intención de vacunarse más adelante.
La mayoría (66%) indicó que se vacunará cuando pase un tiempo y compruebe que la vacuna es segura; el 24% se vacunará "Si puedo elegir la vacuna" y el 16% cuando necesite estar vacunado para poder viajar. Un 9% contestó que lo hará cuando haya disponibilidad de otra vacuna más segura y eficaz, con virus atenuado, intranasal, española, etc, y un 5% mencionó que se vacunará "Cuando me aseguren que acudir al centro de vacunación no tendrá consecuencias legales y cuando se tenga más información sobre los efectos secundarios y estos sean menores".
De las 2.312 personas que completaron la encuesta correctamente, el 89% dijo no tener la pauta completa. De éstos, 1.998 participantes no se habían puesto ninguna dosis de la vacuna; 53 personas (3%) se había puesto una sola dosis pero no pensaba ponerse la segunda, y 11 participantes (0,5%) tenían una dosis y estaban a la espera para ponerse la segunda.
Los resultados del estudio también muestran la percepción de la gravedad de la enfermedad en caso de contagiarse de covid-19. Entre las personas que no se han vacunado esta percepción de gravedad es baja, aunque los resultados no son muy diferentes de los obtenidos en la última ronda de la encuesta COSMO-Spain. El porcentaje de la población no vacunada que piensa que la enfermedad sería 'grave o muy grave' en caso de contagio es del 27%, tres puntos más que en la población general (24%).
La población no vacunada utiliza menos la mascarilla cuando está recomendada (64% entre no vacunados y 95% en población general); ventilan menos en espacios cerrados (59% vs 94%); cuidan menos la higiene de manos (47% vs 90%); evitan menos los lugares concurridos (40% vs 85%); y cumplen menos la distancia de seguridad (37% vs 87%) y evitan menos las reuniones sociales/familiares (15% entre no vacunados vs 69% en la población general).
Un 77% considera que las decisiones que se han tomado 'No han sido adecuadas' y un 62% opina que 'Han sido exageradas', frente a un 29% y un 16%, respectivamente, en la población general.
Por otro lado, la alfabetización en salud entre la población no vacunada -entendida como facilidad percibida para encontrar, comprender, evaluar y aplicar la información relativa al SARS-CoV-2 y el Covid-19- es en general baja.
Además, su nivel de confianza en la información sobre COVID19 y las fuentes que la ofrecen también es baja, con datos también inferiores a los de la población general.
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