Entre ellos figura el vicepresidente del Bundestag, Wolfgang Kubicki, cuyo tema de intervención lleva por título «No debe haber vacunación obligatoria generalizada contra Covid-19 en la República Federal Alemana», y sugiere un llamamiento del pleno parlamentario a «que el mayor número de personas continúen vacunándose en Alemania», así como una petición al gobierno federal para que «intensifique los esfuerzos por debajo de la vulneración de los derechos fundamentales que supone la vacunación obligatoria o las llamadas medidas 2G» que excluyen a los no vacunados de los espacios públicos interiores.
Kubicki propondrá además la creación de «espacios educativos y publicitarios multilingües y una amplia campaña de vacunación apoyada por actores sociales relevantes como iglesias, asociaciones musulmanas, sindicatos y clubes deportivos».
Y alienta al gobierno federal a mantener e intensificar diversas ofertas de vacunación en eventos importantes o en momentos clave, en colaboración con empresas y centros comerciales. También propone la oferta de una cita de vacunación personal para cada ciudadano. Pero su voto será negativo.
El presidente del partido y ministro de Finanzas, Christian Lindner, ha garantizado que, al tratarse de una cuestión de alto contenido ético, sus diputados no estarán sujetos a la disciplina de partido y podrán votar en conciencia. Ya en la sesión de investidura le faltaron a Scholz 15 votos de sus socios que se abstuvieron o votaron en contra. En este caso podrían ser más y dejar en evidencia una primera brecha en la «coalición semáforo» que ha comenzado a gobernar Alemania.
La decisión de llevar a una votación parlamentaria un proyecto de ley para hacer la vacuna obligatoria surgió de una reunión entre Scholz y los presidentes de los Bundeslander. Scholz hizo la propuesta y el presidente regional de Schleswig Holstein, el conservador Daniel Günther, declaró posteriormente que el asunto «había quedado acordado».
Pero en esa conferencia brillan por su ausencia los miembros del FDP, que no presiden ninguna de las regiones alemanas. Una vez presentada la moción ante el Bundestag, con gran celeridad para cumplir con el plazo establecido por el canciller, «antes de finales de febrero», pueden sumarse mociones y eso es lo que ha hecho el Partido Liberal apenas lo permitió el procedimiento, tras recordar que durante la campaña electoral defendió reiteradamente un posición contraria a la vacuna obligatoria, al igual que hicieron el Partido Socialdemócrata y Los Verdes.
Los involucrados en la solicitud de palabra, en torno al vicepresidente del Bundestag, Wolfgang Kubicki, también argumentan que «el incumplimiento de tal promesa también causaría daños a largo plazo a la sociedad». Reprochan además a Scholz el hecho de que el anuncio de la ley de vacuna obligatoria fuese una «total sorpresa» para los otros dos miembros de la 'coalición semáforo' e incluso para el grupo parlamentario socialdemócrata.
En la sede de Los Verdes, sin embargo, la precipitación de Kubicki se percibe como un acto hostil. La mayoría de ellos se había preparado para permanecer en silencio al respecto hasta después de Navidad y formular las propuestas de grupo sólo a principios de año. Y en cuanto a la oposición, cabe recordar que la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU) sigue descabezada hasta la votación de sus bases de un nuevo presidente y que ese liderazgo no quedará consolidado hasta el congreso que el partido celebrará en enero.
Este vacío ha impedido hasta ahora una toma de posición. El nuevo portavoz en materia sanitaria, Tino Sorge, se ha limitado a decir que «la iniciativa de 20 diputados del FDP da una idea de cuán desordenada y descoordinadamente actúan los tres socios de la coalición sobre el tema de las vacunas obligatorias y una cosa está clara: como CDU, esperamos que el nuevo gobierno proporcione una ruta clara y una propuesta».
Fuentes de la Casa Konrad Adenauer adelantan que la CDU está trabajando también en una moción, pero aparentemente sin prisa. «En las próximas semanas, habrá más discusiones con expertos, en las que se discutirán a fondo las facetas del debate sobre la vacunación obligatoria. Presentaremos un concepto lo antes posible».
Independientemente de esto, lo interesante va a ser ver cómo la 'coalición semáforo” encuentra su propia posición y reúne una mayoría del Bundestag”. Desde el punto de vista de Sorge, sin embargo, no se trata de una decisión de conciencia. «La vacunación obligatoria no es una cuestión de conciencia, sino práctica-política. El canciller Scholz y el ministro de Sanidad Lauterbach deben pronunciarse al respecto. Esconderse detrás de un voto de conciencia sobre temas tan delicados no es suficiente para gobernar».
Algo de esto debe sospechar también Scholz, que durante su primera declaración de gobierno ante el Bundestag, en la que expuso las líneas fundamentales de su legislatura, tuvo ocasión de entrar en detalles sobre un sinfín de proyectos entre los que no citó la vacunación obligatoria, según crónica del corresponsal de Abc en Berlín.
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