El turismo aporta un 10,9% al Producto Interior Bruto de España, y tras la debacle de la construcción, primera locomotora del modelo económico nacional -supone un 17% de la riqueza española-, se convirtió en el único motor capaz de rescatar al país de la recesión en la que está inmerso. El inconveniente es que el Gobierno hace caso omiso a la grave situación, a juicio de 'El Mundo'.
«Entre saber si son churras o son merinas, estamos perdiendo el foco», ironiza un portavoz de Exceltur, que advierte que las medidas que Zapatero puso en marcha contra la crisis económica son como «una simple aspirina para curar una contractura».
Los datos delatan por sí solos la gravedad de la situación. El empleo empezó a caer, hasta constatar 86.000 puestos de trabajo destruidos entre enero y marzo (casi un 6% del sector). Los expertos prevén que esa cifra llegue a los 110.000 en junio. El 70,2% de las empresas turísticas españolas tuvo que acometer medidas de recortes de plantilla, además de reducir sus precios medios de venta respecto a 2008 más de un 5%. La previsión es que lleguen a caer entre un 8% y un 10%.
Un gran número de pequeñas agencias de viajes y hoteles ha tenido que cerrar, posponiendo su reapertura hasta la entrada del verano.Las aerolíneas se han visto obligadas a devolver los aviones que tenían en leasing (alquiler). Y las empresas de alquiler de coches han adquirido pedidos de nuevos vehículos. Hasta 60.000 coches menos se adquirieron en el primer trimestre de 2009 en relación al año pasado.
Este escenario ha deteriorado los márgenes de explotación y los beneficios de las empresas. De hecho, cerca de un 83% de las sociedades dedicadas al turismo sufrieron fuertes caídas en los tres primeros meses del año. En algunos casos, fueron pérdidas.Los propios mercados bursátiles han castigado ya a las tres empresas turísticas españolas que cotizan en Bolsa. Las cotizaciones de Sol Meliá, NH Hoteles e Iberia descendieron más que la media del selectivo Ibex 35.
El turismo extranjero es uno de los culpables de esta situación, pero nunca por delante del español. Un 13% de extranjeros viajaron menos a España, lo que supuso un reducción de los ingresos de hasta un 13,3%. Los españoles intensificaron también el recorte de su gasto de viajes hasta un 15%. En este caso, el aumento del paro en España es uno de los motivos por el cual se ha reducido el potencial de españoles dispuestos a desplazarse con los mismos niveles de gasto. Desde enero de 2008, se han destruido, al menos, 1,6 millones de puestos de trabajo.
Está claro que las incertidumbres económicas multiplicaron la sensibilidad al precio por parte del turista español, lo que forzó a muchas empresas a abaratar su oferta y verse abocadas a una guerra de precios. Esta situación fue uno de los detonantes de la caída de ingresos.
Si la situación descrita continúa, los analistas auguran una caída de la riqueza turística este año de hasta un 5,6%, sobre todo después de que el primer trimestre confirmase que la crisis tocó de lleno a este sector.
Los cambios de hábitos de los españoles se intensificarán, así como el recorte de sus presupuestos de viajes, según las previsiones de Exceltur, lo que perjudicará negativamente a las empresas turísticas, que ya esperan un segundo trimestre «muy complejo». Volátil e incierto, así se presenta el futuro del segundo motor de la economía española. Zapatero tiene la llave.
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