MADRID.- El número de rumanos que viven en España con
un permiso de residencia cayó por primera vez en el primer trimestre de
este año, con una reducción que si bien está por debajo del uno por
ciento, representa un cambio en la tendencia desde la incorporación de
Rumanía a la Unión Europea, pues la comunidad afincada en España no
había parado de crecer, con ritmos que llegaban a rozar el 20 por
ciento.
En total, al cabo del primer trimestre de este año se contaban
en España 5,29 millones de extranjeros con permiso de residencia,
238.454 personas más que en el mismo periodo del año anterior (4,72%).
De ellos, 2,7 millones son oriundos de países no europeos (51,58%) y 2,5
millones proceden de la Unión o son parientes de ciudadanos
comunitarios (48,42%).
En la actualidad, la rumana es la nacionalidad extranjera más
numerosa en España, representa al 35,26 por ciento de todos los foráneos
que viven en el país y cuenta con 903.964 ciudadanos registrados,
conforme los datos de la Secretaría General de Inmigración y Emigración
actualizados a 31 de marzo de 2012.
Aunque son ciudadanos europeos y, como tales, tienen libertad
de circulación, en España tienen restringido el acceso al mercado
laboral desde julio de 2010, cuando el Gobierno les impuso la
obligatoriedad de contar con un permiso de residencia.
La comunidad rumana siguió incrementándose durante los meses
siguientes pese a la restricción, aunque a ritmos cada vez más bajos. Si
en 2008 había crecido un 19,04 por ciento, en 2009 frenó hasta el 4,57
por ciento, pero en 2010 la subida fue del 11,84 por ciento y, en 2011,
registró un aumento del 11,84 por ciento. Entre marzo de 2011 y marzo de
2012 se amplió un 4,92 por ciento.
Ahora se registra un primer descenso poblacional al comparar
el primer trimestre del año con la recta final de 2011, cuando figuraban
en las estadísticas oficiales 8.562 personas más de esta nacionalidad,
principalmente por la salida de hombres, que a 31 de marzo eran un 1,3
por ciento menos que a penas tres meses antes.
La rumana no es la única comunidad que ha registrado
descensos. La búlgara, que comparte restricciones al mercado laboral, se
redujo un 1,62 por ciento en el primer trimestre del año hasta los
172.565 habitantes; la portuguesa cayó un 1,74% interanual y cuenta con
127.852 y los polacos también son menos, con una reducción interanual
del 4,25 por ciento, una caída del 1,23 por ciento en el primer
trimestre y un total de 83.543 ciudadanos.
Entre las principales nacionalidades no comunitarias sólo se
han producido descensos entre ecuatorianos y colombianos. Los primeros,
que suman 371.526 personas y son el 13,6 por ciento de los inmigrantes,
vieron reducirse su población con permiso de residencia en un 0,24 por
ciento en el primer trimestre y en un 2,46 en comparación con 2011. Los
colombianos, que a 31 de marzo ascendían a 224.158 y son el 8,21 por
ciento de la extranjería, perdieron un 1,44%.
De hecho, cinco de las quince nacionalidades no comunitarias
más numerosas han registrado incrementos durante este periodo,
especialmente la marroquí, segunda comunidad extranjera más grande de
España, que tiene 813.835 ciudadanos inscritos, el 29,81 por ciento del
total. En el primer trimestre del año creció un 1,51 por ciento y, en
comparación con 2011, aumentó un 4,7 por ciento (36.557 personas más).
Otras cuatro de las quince nacionalidades más numerosas vieron
aumentar su población durante el inicio del año: Paraguay, Pakistán,
Bolivia, Senegal y Filipinas, que crecieron por encima del 2%. En
perspectiva interanual, destaca el aumento de la comunidad boliviana,
que creció un 12,44 por ciento (16.205 personas más); la china, con un
6,06% (9.733 personas más); la paquistaní, con un aumento del 16,02%
(8.720) y la paraguaya, que aumentó un 24,87 por ciento (7.415
ciudadanos más).
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