MADRID.- El escritor Arturo Pérez-Reverte examinó un domingo más a través de
su cuenta de Twitter la actualidad política y social de los últimos
siete días, desde su habitual punto de vista ácido y crítico.
En
esta ocasión, uno de los principales puntos de debate fue la
comparecencia de Soraya Sáenz de Santamaría, Cristóbal Montoro y Luis de
Guindos para analizar las principales decisiones tomadas en el último
Consejo de Ministros.
El cartagenero comenzó asegurando que "lo del Consejo de Ministros
del viernes y su conferencia de prensa fue, literalmente, para irse
fuera de España a vomitar", subrayando "esa vileza dialéctica, esa
cobardía moral, esa descarada asunción de impotencia y ese desprecio a
la inteligencia de quienes los escuchaban".
"Y mientras, su jefe en la Moncloa, fumándose un puro, incomunicado,
ajeno a todo, impasible como Don Tancredo", lamenta, asegurando que
empieza "a creer que si Aznar era un arrogante y Zapatero un imbécil,
Rajoy es un sinvergüenza".
"Está quemando su mayoría (y nunca nadie la tendrá igual) sin tocar
un pelo de este monstruoso e inviable derroche autonómico. Tiene miedo
de que se rebelen los sicarios, los trincones de lo caliente, los
barones locales que han hecho de este disparate su negocio. Así que
Rajoy lo exprimirá todo y a todos antes que tocarles el negocio a los
compadres y desmantelar este disparate burocrático", comenta.
Reverte relata que "las empresas públicas vinculadas en directo a
la política son las únicas empresas que en 2012 aumentaron sus
plantillas".
"Hay un sistema clientelar de 20.000 asesores políticos y
compadres varios trincando de lo que el Estado expolia", comenta.
El escritor lamenta que "ni 6,2 millones de parados han convencido
aún a estas ratas de alcantarilla estatal de reformar la Administración
que asfixia a España". "Ahora dicen 'esto se va al carajo', pero en
bonito, y se encogen de hombros, y siguen apretando a empresas y
familias sin darse cuenta que cuando la desesperación estalla de verdad,
a esa no hay quien la gestione con silencios, perífrasis y cigarros
puros".
Reverte finaliza apuntando que "aún no hemos visto dimitir a ningún
ministro, y eso significa que están de acuerdo con la infamia que el
Gobierno de su jefe impone", y resume que "la poca vergüenza, la
cobardía moral y el cinismo político se los reparten entre todos, sin
inocentes, ese Gobierno, esa gentuza".
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