ALICANTE.- Juan Cano, acusado de ser el principal instigador del asesinato en
octubre de 2007 del entonces alcalde de Polop, Alejandro Ponsoda, ha
afirmado en el turno de última palabra que lo que más le ha "dolido" de
la vista han sido los testimonios de las hijas del primer edil
fallecido, a las que ha dicho que él no es el "responsable" del crimen
ni de su "dolor.
"No soy responsable de su muerte", ha manifestado Cano,
quien ha concluido su intervención con un "Dios reparta suerte" y
pidiendo a los miembros del jurado: "Sean ustedes justos".
Cano ha asegurado que, cuando nadie le ve, pasa por la tumba del
exalcalde Ponsoda "a rezar" y que su familia tras estos diez años "está
destrozada".
"Nos han arruinado la vida", ha dicho.
El exedil de Urbanismo se ha pronunciado en estos términos este
viernes ante el tribunal del jurado, después de que su defensa y las de
Salvador Ros, Pedro Hermosilla y Ariel Gatto, acusados de instigar el
crimen elevaran a definitivas sus conclusiones y solicitaran un
veredicto de no culpabilidad, por falta de pruebas de cargo, y por
contar tan solo "con las manifestaciones del testigo protegido", un
hombre que trabajó de portero en el club Mesalina donde supuestamente se
urdió el asesinato.
Todos los acusados, excepto Salvador Ros y Jesús Hermosilla, han
utilizado su turno de última palabra para declarar su inocencia. Este
lunes está prevista la entrega del veredicto del jurado para su
deliberación.
De hecho, uno de los considerados autores materiales del
crimen, Robert Franek, ha asegurado que estas últimas tres semanas han
sido "las más duras" de su vida, ha proclamado su inocencia ante el
jurado y ha descrito alguno de los episodios que ha vivido durante estos
diez años con el testigo protegido, con su familia y su entorno.
El letrado de Cano ha asegurado que en este caso "no valen hipótesis"
y ha manifestado que el juicio ha estado lleno de "cotilleos del pueblo
de Polop". A su entender, la vista no se tenía que haber celebrado
porque no hay elementos nuevos y sostiene que la actuación ha sido
"nefasta" para las garantías y los derechos de los acusados.
Por su parte, el letrado de Pedro Hermosilla, uno de los dueños de
Mesalina, ha calificado el caso de "enorme chapuza", en la que asegura
que han engañado a la UCO, y esta "no se ha retractado", ha dicho.
Por
su parte, el letrado de Salvador Ros ha solicitado al jurado "sentido
común", "cordura", "sensatez" y que no ponga la vida de los acusados en
"manos de un delincuente, porque sería volver a la Inquisición".
El letrado de Juan Cano, se ha empleado en refutar la "teoría del
odio", ha afirmado que "no ha habido ningún testigo directo de un
enfrentamiento violento" entre Cano y Ponsoda y ha sostenido que es
"falsa la mala relación que se ha querido hacer ver entre ambos".
Asimismo, ha cuestionado que se le haya atribuido a su cliente un
carácter violento y ha señalado que en la "crisis de 2003, Ponsoda apoyó
a Cano y en 2007, hay testigos que han declarado que Cano no quería ir
en la lista y le convencieron.
¿Por qué se dice que quería el poder?",
pregunta el abogado, que ha enumerado hasta ocho contradicciones del
testigo protegido y ha calificado de "caótica" la investigación policial
y judicial.
Los letrados defensores han cuestionado las periciales, las
testificales, la investigación de la UCO que condujo a las detenciones
de los acusados dos años después, así como el desarrollo del
procedimiento judicial.
Respecto al testigo protegido, el letrado de Pedro Hermosilla ha
afirmado que se "se monta la trama", a raíz de su aparición. Una tesis
que también ha mantenido el letrado de Salvador Ros, que se ha dirigido
al jurado indicándoles: "No vayamos a generar siete víctimas más por una
fabulación".
Asimismo, el letrado de uno de los dueños del club Mesalina ha
asegurado que no hay duda de que "el testigo protegido ha faltado a la
verdad" y que la UCO que "no tenía absolutamente nada y se aferró a él".
Reitera que, si es verdad lo que dice, "tendría que haber sido acusado
de cooperador necesario", ha concluido.
Fiscalía y acusación particular mantienen la petición de 25 años de
prisión para cada uno de los instigadores e inductores del asesinato con
alevosía y precio -- Juan Cano, Salvador Ros, Pedro Hermosilla y Raúl
Gatto -- y 27 años a los tres acusados de ser autores materiales del
asesinato -- Raúl Montero Trevejo, Robert Franek y Radim Rakowski--, a
los que suma tenencia ilícita de armas.