En twitter me han censurado dos veces, por periodos de una semana, por haber escrito en un tuit que “la timo vacunación tiene como objetivo la eliminación de población” y la segunda por afirmar que estamos ante un genocidio. Las dos afirmaciones son verdad, la terrible verdad. Twitter, en su compulsivo afán censor, me ha avisado, con la frialdad de sus algoritmos, de que la próxima vez dará de baja mi cuenta que actualmente tiene 18.167 seguidores.
Las medidas que he adoptado es darme de alta con el usuario EnriquedeDiegoV en la red social gab.com, donde la libertad de expresión es respetada; además, los contenidos que puede ser objeto de censura no los promocionó en una red comprometida con el genocidio.
Evito términos polémicos, como el citado de genocidio, y he tenido que desarrollar la imaginación y la creatividad para sortear la censura. Rambla Libre está teniendo un aumento de audiencia del 3.000 por 100. Cada vez un porcentaje de lectores acceden directamente a la portada y nos ayudan así a sortear la censura. En ocasiones, les pido, como haré ahora, que entre directamente a Rambla Libre. Todos los contenidos, sin excepción alguna, son promocionados en gab.om.
Facebook se ha sumado a la caza de nuestra web. Se nos trata como chiquillos mal criados y se nos advierte que “no pierdas tu página”, con el siguiente texto de acompañamiento: “si sigues infligiendo nuestras normas comunitarias algunas veces más, podrías perder Rambla Libre para siempre”.
Se refiere, obviamente, al facebook de la web y no a Rambla Libre, propiamente dicha, que tiene instalados sus servidores a buen recaudo, lejos de la inquina de los censores genocidas.
En una vuelta de tuerca, como todos los totalitarios culpan a la víctima de sus desatinos: “queremos ayudarte a evitarlo, por lo que te aconsejamos apelar las infracciones con las que no estés de acuerdo y, aún más importante, intentar compartir contenido que se ajuste a las reglas”, porque “debido a transgresiones reiteradas de las Normas comunitarias, tu página tiene una distribución reducida y otras restricciones y podrá llegar a anularse la publicación”.
Dado que algunas han sido calificadas como “falsas” por “verificadores independientes”, pagados generosamente por Facebook, como Newtral de Ana Pastor. Es decir, se nos penaliza por contar la verdad y no incurrir en la mentira genocida que es la línea inquisitorial de complicidad con el genocidio.
La red social del nazi Mark Zuckerberg no ofrece ninguna fórmula de apelación. Y la estricta persecución se refiere a fecha tan cercana como el 25 de noviembre de 2021. Es ello muestra de que nuestro web tiene un fuerte impacto y molesta a los poderes criminales del globalismo. Nos enorgullecemos de ello.
Seguiremos en Facebook, mientras ello sea posible, sin variar ni un ápice nuestra línea de compromiso con la verdad, y diversificaremos nuestra presencia en otras redes, más respetuosas con la libertad de expresión, de lo que informaremos puntualmente a nuestros lectores, que nos premian con creciente fidelidad.
Como dice Robert F. Kennedy Jr, “esto es Armagedón, la batalla decisiva y tenemos que ganar”.
La mejor forma de ayudarnos es entrar directamente en la web Rambla Libre. Muchas gracias por ello.
(*) Periodista
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