La prensa local reconoce que la causa de la muerte fue una “reacción exagerada a la vacuna” y los “expertos” locales de los CDC recurren a una artimañana que ya escuchamos antes en Occidente: sólo se trata de un lote defectuoso.
El argumento sería aceptable si las muertes y los efectos adversos sólo se hubieran detectado en una única provincia, pero al aparecer en varias simultáneamente es una tomadura de pelo.
La provincia de Thanh Hoa lleva inoculando la vacuna a niños de entre 15 y 17 años desde el 30 de noviembre, pero hasta que los niños no han muerto no ha puesto fin al experimento. Se han detectado importantes reacciones adversas en niños de Bac Giang, una provincia cercana a Hanoi, y en Binh Phuoc, una provincia del sur. Los niños desarrollaron síntomas graves que iban desde náuseas hasta fiebre alta y dificultades respiratorias.
Como la culpa es de un lote en mal estado, los “expertos” quieren recurrir a otros lotes, porque tienen muchos almacenados, y lo que es peor: los lote defectuosos no los van a tirar a la basura sino que los quieren reutilizar para vacunar a los adultos. El experimento, pues, continúa.
El director del hospital general del distrito de Ha Trung, Vu Van Chinh, dijo que los efectos adversos eran normales y más probables en los niños que en los adultos. El director de salud señaló: “Los que tengan reacciones o se desmayen deben ser separados para evitar cualquier reacción en cadena”.
Hasta ahora, en la provincia de Thanh Hoa, los CDC han distribuido unas 117.000 dosis de la vacuna en 27 distritos y ciudades, con un total de 56.700 dosis administradas.
También en Vietnam, las muertes a causa de las vacunas están lejos de ser anecdóticas. La semana pasada cuatro trabajadores de una fábrica de calzado, Kim Viet Shoe, en la misma provincia de Thanh Hoa, murieron tras recibir la vacuna china Sinovac, también por una “reacción exagerada”.
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