"El paciente es el dueño de su historia clínica y debe conocer todas las pruebas que se ha hecho. Y, después, si lo considera adecuado, las compartirá con el profesional que elija para que éste decida lo que le conviene de cara al diagnóstico y tratamiento", dice en El Confidencial.
"Es esencial asegurar la privacidad y protección de los datos clínicos. En este sentido, el proyecto de interoperabilidad de la historia clínica (entre centros públicos y/o privados) no es un mero repositorio de datos. Se trata de conseguir la trazabilidad de la historia o los datos clínicos de un paciente a lo largo de toda su vida y en un mismo canal. De su historia clínica, el paciente selecciona y decide qué información va a compartir con el médico. Es decir, la plataforma común o compartida no recibe los datos, sino que es un transmisor entre el centro y el paciente", añade.
"La sanidad privada es titular de prácticamente el 40% de los recursos del sistema sanitario español. Tiene una dotación de 441 hospitales, 51.000 camas, emplea a 280.000 profesionales… Realizar el 30% de las intervenciones quirúrgicas o prácticamente el 25% de las altas o de las urgencias de este país le hace actor principal en el sistema. Y recordemos que más del 80% de los funcionarios -1,8 millones de personas- han elegido el aseguramiento de titularidad privada", revela.
"El nuevo ecosistema sanitario es con el paciente en el centro. Un paciente empoderado, digital y que ha interiorizado la importancia de su papel en la gestión de la salud. Se trata de cambiar el rol de paciente-sumiso por otro de paciente-proactivo que quiere participar de la toma de decisiones", concluye.
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