Ya se estaba escamado con los protocolos que se están aplicando en los
hospitales (remdesivir e intubación) que provocan el rápido deterioro de
los pacientes y ahora además, por lo menos en Nueva Zelanda, tienen la
herramienta legal perfecta para mandar gente al otro mundo si comienzan
a saturarse y quien no tiene pinta de que lo vaya a superar, con lo que
adelantan
el proceso y así, de paso, dejan espacio para otros pacientes con más
posibilidades, algo que ya sucede en las UCIs de casi todo el Mundo.
"Lo único que vamos a conseguir es convertir los hospitales en máquinas de reducción de población", ha dicho de forma anónima una fuente sanitaria crítica y resistente.
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