El país quiere comenzar a aplicar la cuarta dosis a mayores de 60 años, personas inmunodeprimidas y sanitaros. Así lo recomendó la semana pasada el comité de expertos que asesora al Gobierno de Israel durante la pandemia.
“Este estudio probará el efecto de la cuarta dosis de vacuna en el nivel de anticuerpos, en la prevención del contagio y verificará su seguridad. Se espera que este estudio arroje luz sobre el beneficio adicional de administrar una cuarta dosis y nos lleve a comprender si vale la pena administrar una cuarta dosis y a quién”, ha explicado profesor Gili Regev-Yochay, doctor del centro hospitalario Sheba.
Hace varios meses el primer ministro, Naftali Benet, prometió a la población comenzar los ensayos “de inmediato” con el objetivo de frenar la quinta ola de la pandemia y contener el avance de la variante ómicron, que se multiplica 70 veces más rápido en los bronquios humanos que la cepa delta.
Los datos preliminares de Sanidad sugieren que en Israel las personas contagiadas con la variante ómicron tienen entre un 50-70% menos de probabilidades de necesitar hospitalización que los positivos de la cepa delta.
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