Los test de antígenos empiezan a tener un especial protagonismo para la vida diaria. Hay obligación de presentarlo para poder acceder a hoteles y alojamientos, a bodas y bautizos y a espectáculos deportivos, entre otros. La mascarilla vuelve a ser obligatoria en espacios cerrados y también el teletrabajo en los puestos que se puedan realizar a distancia.
No son las únicas restricciones. Los días 30 y 31 de diciembre y el 1 de enero se endurecen todavía más. Esos días habrá que presentar un test negativo para acceder a restaurantes, casinos y las fiestas de nochevieja. Además se prohíben las reuniones de más de diez personas en la calle en fin de año y también se prohíbe el consumo de alcohol en la vía pública.
Y para evitar aglomeraciones, tampoco habrá rebajas. Deberían haber empezado ya y prolongado hasta el 10 de enero. El día antes de Reyes, el gobierno luso podría volver a permitirlas para esas últimas jornadas.
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