Las obras en el castillo, que afectan además a las torres Santa Catalina y San Jordi, han puesto al descubierto un arco medieval, del siglo XIII ó XIV, de tipo apuntado, que formaba parte de los accesos de esa época a la fortaleza. Este arco, de ladrillos, se ha localizado en la torre San Jordi, mientras que en unas catas excavadas en la torre Santa Catalina también se han hallado cerámicas fechadas en torno al 1.800 antes de Cristo.
El concejal de Cultura de Alicante, Miguel Valor, visitó hoy las obras de rehabilitación, en las que el Ayuntamiento ha invertido 365.090 euros y que terminarán este verano.
Valor señaló que los trabajos, realizados por la mercantil Doalco, afectan a un frente de muralla de 108 metros en la parte alta e interna del castillo, cerca del macho. Con estas labores, se frenarán los procesos de deterioro de las antiguas murallas, "muy afectadas por los elementos a los largo de siglos", y se restaurarán las antiguas formas de las dos torres, lo que habilitará más espacios para uso público y expositivo.
El arquitecto Marius Beviá dirige las obras, que se emplean también para retirar añadidos de otras épocas e investigar sobre el sistema de accesos medievales a la fortaleza, completamente distintos a los actuales. Precisamente, el arco descubierto suponía una puerta intermedia entre la exterior y el área del macho. Este acceso exterior fue tapiado después con un muro de unos dos metros de grosor, que ahora ha sido perforado.
Por su parte, la directora de la intervención arqueológica en la zona de los trabajos ha precisado que se han descubierto, en unas catas en la torre Santa Catalina, restos cerámicos, de cuencos y platos, prehistóricos, romanos y medievales, según explicaron las mismas fuentes.
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