Barack Obama expuso con rotundidad la necesidad de una unión de libre comercio capaz de incentivar el crecimiento de las economías del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico ante la amenaza de la profunda crisis de deuda y estancamiento de Europa.
Obama repitió en varias ocasiones la necesidad de crear un acuerdo comercial “regional”, entendiendo como tal el conjunto unido de las economías emergentes del Pacífico, ante su preocupación de que los problemas candentes de deuda en Europa lleguen por contaminación a la Región Asia-Pacífico. La propuesta fue aceptada por unanimidad.
Estados Unidos ha bajado los tipos de interés y la mayoría de las economías asiáticas tiene margen suficiente para impulsar un crecimiento rápido. Por otro lado, sus finanzas públicas permiten con holgura fomentar su inversión. El dirigente norteamericano aseguró la existencia de grandes posibilidades de que la región Asia-Pacífico se convierta en un gran motor de crecimiento como barrera ante la crisis europea de muy lenta recuperación.
Pilares básicos
Los objetivos propuestos como pilares básicos fueron: la expansión del comercio y de la inversión en la región; apoyar las políticas de innovación integrada; promover el desarrollo dentro de una regulación legislativa de buenas prácticas comerciales, creando un modelo de mercado no proteccionista pero que haga mas ágil, fácil y barata la actividad de las pequeñas y medianas empresas de las economías integradas en el Foro.
Los objetivos propuestos como pilares básicos fueron: la expansión del comercio y de la inversión en la región; apoyar las políticas de innovación integrada; promover el desarrollo dentro de una regulación legislativa de buenas prácticas comerciales, creando un modelo de mercado no proteccionista pero que haga mas ágil, fácil y barata la actividad de las pequeñas y medianas empresas de las economías integradas en el Foro.
Se incentivarán las exportaciones simplificando trámites aduaneros y barreras comerciales, y se facilitará la movilidad dentro de la región, estableciendo además un claro apoyo a las empresas de tecnología. Igualmente, se incorporarán estrategias para reducir el consumo energético y la reducción de emisión de gases contaminantes mediante infraestructuras inteligentes. La reducción del 5% de las tarifas arancelarias a partir de 2015 fue otra de las propuestas que tuvo aceptación unánime.
El único y verdadero problema que surgió fue la reticencia de China ante la propuesta de estímulo generalizado, preocupada por la inflación y la posibilidad de generarse un gasto e inversión sobredimensionados, y que el alto crecimiento mantenido hasta ahora puede caer por debajo del 9% para 2012, a pesar de lo cual China mantiene una expansión superior al triple de la de EEUU.
El presidente de la Casa Blanca advirtió a Hu Jintao su preocupación por el ritmo de cambio y la política económica de su país . Aquel se mostró enérgico y directo al censurar la ventaja de las exportaciones chinas basada en la debilidad del yuan. Hu Jintao respondió que lo subirá gradualmente como forma de evitar perjuicio para su economía y el empleo, que, sin duda, repercutiría en el crecimiento global. Manifestó también en la réplica, que la mayor apreciación del yuan no resolverá los problemas internos de EEUU.
La opinión generalizada de los demás miembros es que se produzca un acercamiento gradual de manera diplomática, lo cual no rebajó el estado de ánimo de Obama. Hu Jintao manifestó que China se ajustará a las normas de los acuerdos internacionales en los que forma parte y que las cumplirá, pero que no tiene obligación de cumplirlas si las reglas se deciden por uno o varios países. Obama insistió también en el problema de la propiedad intelectual en China; sin embargo, declaró también que la cooperación EEUU-China es vital para la seguridad y prosperidad mundial.
La probable preocupación coyuntural de EEUU y lo que considera necesidad de alianzas con los países emergentes frente a la endeudada y paralizada Europa es lo que le ha impulsado a promover de urgencia la mayor alianza económica conocida. Sus contactos con la eurozona no han dado los resultados pretendidos y, sin perder tiempo, ha emprendido un nuevo camino.
Europa presa de una débil unión que no acierta a enmendar con urgencia, se queda en solitario. Un nuevo problema añadido para su recuperación y su comercio exterior, que no gozará de las ventajas de la nueva ‘zona’, ni facilidades en los mercados financieros. Los líderes europeos están lentos y faltos de ideas, y han conseguido, si triunfa el Foro Asia-Pacífico, ser un continente marginal.
(*) Economista y empresario
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