ALICANTE.- El frente abierto por el Ayuntamiento de Alicante respecto a los niveles
de ruido en las zonas de ocio de la ciudad se multiplica. Si
recientemente un tribunal de la ciudad había fallado que la Administración local ha vulnerado los derechos fundamentales de los vecinos del centro
tradicional al no adoptar medidas para amortiguar la contaminación
acústica, los sonómetros instalados en el Casco Antiguo volvieron a
registrar el pasado sábado una media de 82 decibelios (dB) a las 2.00
horas, lo que supone casi doblar en algunos momentos los 45 máximos que
están permitidos por Ley, recuerda hoy El Mundo.
Con estos valores, e incluso un poco más
bajos, la magistrada del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número
4 de Alicante ha obligado a la ciudad a empezar a tramitar una Zona Acústicamente Saturada (ZAS) en 11 calles del centro tradicional.
Al respecto, el alcalde, Luis Barcala (PP), ya
anunció en una reciente reunión con los residentes del entorno de
Castaños que se recurriría el fallo pero que se aplicarían políticas
para conciliar el ocio con el descanso de los vecinos.
Ahora la asociación de vecinos de El Barrio, Laderas del Benacantil, está articulando un escrito, preparado por su abogado, para que el Ayuntamiento también aplique en su zona medidas para modular el ruido.
Esto, según advirtieron, no tiene que pasar necesariamente por una ZAS,
pero sí acabar con la situación que sufren los residentes de
determinadas plazas y calles cada fin de semana. En caso de que la
situación continúe igual no descartan acudir a los tribunales.
El problema, señalaron las mismas fuentes, es que parece que no hay una voluntad municipal para atender la problemática actual.
De ahí que hayan destacado los valores registrados por los sonómetros
en la madrugada del sábado, y que provocaron numerosas llamadas a la
Policía que, según denunciaron, «no tuvieron respuesta».
«¿Qué hace la
policía?», se pregunta en un comunicado José Baeza,
miembro de la asociación de vecinos. «¿Recibe la policía instrucciones
de no intervenir por parte de los responsables municipales?» ¿Qué
medidas hay que estudiar? ¿Qué hay que consensuar entre lo que el
Ayuntamiento ha dado en llamar dos partes en conflicto y que no son más
que agresores y agredidos?».
«Según nuestras informaciones, la Policía tienen acceso a los valores de ruido registrados por los sonómetros de la ciudad con una precisión y un nivel de actualización mayores que los mostrados en la web del
Ayuntamiento, de acceso libre para cualquier usuario», continuó Baeza.
«Además, se ha fijado una alarma de superación de un umbral de 75 dB, lo
que debería ser suficiente para la intervención de la policía. Este
umbral de 75 dB corresponde a una intensidad de ruido 10 veces superior
al valor de 65 dB determinante para declarar una zona ZAS», agregó.
Por su parte, otro particular de esta zona ha llevado al Ayuntamiento a los tribunales por su modificación del Plan del Casco Antiguo (PECA), y
allí también pide la aplicación de la ZAS en aquellas vías que el
consistorio considera saturadas de ruido según la figura municipal
apropiada para ello.
Mientras tanto el consistorio sigue con la idea de impulsar las medidas anti ruido que anunció hace unos meses, y que pasan por la suspensión de licencias de pubs en
el centro, revisión de sus licencias, reordenación de los veladores y
refuerzo de la Policía Local.
Según denuncian los vecinos, de momento
«no han tenido ningún efecto».
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