MADRID.- Sólo 58 de los 350 diputados
del Congreso, lo que supone apenas la sexta parte de la Cámara,
renunció la pasada legislatura a la tarjeta personalizada por valor de
3.000 euros al año que el Congreso pone a disposición de sus señorías
para desplazarse en taxi en el ámbito de la Comunidad de Madrid.
El
coste de estas tarjetas depende del uso que se haga de ella, ya que es
una ayuda finalista y el Congreso sólo abona los viajes que el
parlamentario efectivamente haya realizado. Lo único que está fijado es
el precio máximo por diputado, 3.000 euros al año, lo que supone una media de 250 euros mensuales.
Más de 133.000 euros en taxis
En
los apenas cuatro meses que van desde el inicio de la pasada
legislatura (el 21 de mayo) hasta el pasado 24 de septiembre, fecha en
la que el Congreso quedó disuelto con motivo de la convocatoria de las
elecciones del 10 de noviembre, un total de 292 diputados contó con este
abono taxi, lo que supone el 83% del hemiciclo.
Se
trata de 103 de los 123 diputados del PSOE; 63 de los 66 del PP; 56 de
los 57 de Ciudadanos; 19 de los 42 de Unidas Podemos; 19 de los 24 de
Vox; 13 de los 14 de Esquerra Republicana (ERC) -el decimoquinto, Oriol Junqueras,
tenía sus derechos suspendidos al estar en prisión-, los seis del PNV y
13 del Grupo Mixto, según los datos del Congreso.
Eso
significa que en la pasada legislatura, que se extendió durante siete
meses, sólo 58 diputados (el 16,5% de la Cámara) renunciaron a solicitar
la tarjeta de taxi: 10 del PSOE, tres del PP, uno sólo de Ciudadanos,
cinco de Vox, dos de ERC (uno de ellos, Junqueras) y cuatro del Grupo
Mixto (incluyendo los tres presos de Junts: Jordi Sànchez, Josep Rull y
Jordi Turull).
Fue por tanto Unidas Podemos el grupo en el que más diputados
desecharon la tarjeta: 23 renuncias (el 54% de la formación capitaneada
por Pablo Iglesias) frente a los 19 que sí la demandaron.
En
total, el Congreso afrontó un gasto de 133.433,60 euros para pagar
estos viajes en taxi de sus señorías, lo que representa una media de
33.000 euros al mes.
Y eso pese a que esta legislatura fallida tuvo una actividad
parlamentaria muy limitada ya que sufrió parones por las elecciones
autonómicas y europeas y los dos meses de verano,
y apenas se celebraron media docena de sesiones plenarias al margen de
la sesión constitutiva y la fallida investidura de Pedro Sánchez.
97.000 euros por kilometraje
Además
del taxi, el Congreso cubre a los diputados los gastos de transporte en
medio público (avión, tren, automóvil o barco), así como los gastos
derivados del aparcamiento en las estaciones de tren y aeropuertos.
Se trata de un reembolso de gasto, es decir, no se facilita una
cantidad al parlamentario, sino que se le abona directamente el billete a
la empresa transportista.
Si
lo que usan es su propio automóvil para el cumplimiento de sus funciones
parlamentarias, se les abona 25 céntimos por kilómetro así como, en su
caso, los importes de los peajes de autopistas, siempre con la debida justificación.
En
esta legislatura corta de 2019, según los datos facilitados por la
Cámara, fueron 139 los diputados que solicitaron ayuda
por kilometraje por un importe total de 97.130,75 euros.
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