VALENCIA.-La sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de la Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), concretamente su sección primera, ha ordenado el cese inmediato de la actividad de un burdel clandestino
situado en el centro de Valencia, junto al Mercado Central, que alquila
habitaciones a mujeres prostitutas en fracciones de 30 minutos a una
hora.
La sala toma la decisión "sin perjuicio de que, sería muy razonable, el que se regulara legalmente,
en todos sus sentidos, un fenómeno tan extendido como este".
El
prostíbulo, ubicado en un inmueble de varias plantas de la calle de
Viana, en el barrio de Velluters, seguía abierto este jueves ofreciendo habitaciones a prostitutas para servicios sexuales.
En
la sentencia, dictada el pasado 29 de noviembre y que también condena
en costas a la propietaria del burdel ilegal, la sala aclara que
"obviamente, este asunto no tiene por objeto valorar la actividad de
prostitución que se materializa en el local objeto de las actuaciones,
ni por supuesto resolver el pleito en función de un juicio crítico,
estético o moral sobre la prostitución, cosa que es ajena por completo a
la materia objeto de estos autos".
No obstante, a continuación puntualiza que lo "razonable" sería regular por parte de las administraciones estas actividades.
Este asunto se ha seguido por la jurisdicción
contencioso-administrativa, pues la cuestión central que ha abordado el
TSJCV es determinar si, en función de la actividad que ejercita, se
precisa que el burdel esté inscrito como una pensión y conste en el
expediente la comunicación ambiental para prevenir la contaminación y la
calidad del establecimiento.
Los
hechos a los que hace referencia la sentencia se remontan al año 2013,
con el PP al frente del Gobierno municipal. El Ayuntamiento de Valencia
ordenó en junio de ese mismo año el cese inmediato del ejercicio de la
actividad de alquiler de habitaciones por tiempo determinado en
fracciones de 30 minutos a una hora al certificar que la actividad
correspondía a la de una pensión pese a que se ejercía la prostitución.
Tras una visita al inmueble, la inspección municipal descubrió que era una actividad clandestina,
"al no haber efectuado la preceptiva comunicación ambiental que permita
la apertura del establecimiento".
La propietaria recurrió y un juzgado dio la razón al Ayuntamiento de Valencia.
La propietaria recurrió y un juzgado dio la razón al Ayuntamiento de Valencia.
Ahora,
el TSJCV acaba de resolver el recurso tras compartir punto por punto la
primera sentencia. La sala ha constatado que se alquilan habitaciones
por fracción de tiempo a mujeres que ejercen la prostitución en el
centro de Valencia. No existe un registro de clientes y el recinto cuenta con un pasillo que accede a los dormitorios, cocina de gas, agua, ducha y baño.
Cada
habitación cuenta con puerta, candado cerradura, cama, lavabo, bidet y
con ventilación al exterior. Se han realizado obras que han alterado el
estado original de las habitaciones y su distribución responde al uso
eventual.
La sentencia recoge que las propias mujeres denunciaron que el inmueble carece "de cualquier medida de seguridad y sanitaria,
y de las mínimas condiciones de salubridad, así como de protección de
incendios, lo que genera una gran situación de peligro ante el trasiego
de personas que acuden" a diario.
Por ello, plantea que "sería muy
razonable" el que "se regulara legalmente, en todos los sentidos".
Mientras, la propietaria ha negado que se ejerza la actividad de pensión y
ha reiterado de manera insistente que no se ha probado la existencia de
ningún tipo de contrato de arrendamiento por tiempo máximo de una hora.
Dice que se trata de un subarriendo, perfectamente posible de acuerdo
con el contrato realizado con las mujeres y que en ningún caso necesita
licencia de actividad.
En cambio, el TSJCV ha concluido que "dicho local no puede ser concebido como vivienda"
y debe estar regulado "si es posible".
Este burdel clandestino del barrio de Velluters de Valencia seguirá abierto, en las mismas condiciones sanitarias, hasta que se notifique la sentencia a la propietaria.
Este burdel clandestino del barrio de Velluters de Valencia seguirá abierto, en las mismas condiciones sanitarias, hasta que se notifique la sentencia a la propietaria.
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