BARCELONA.- ¿Cuánto pueden cambiar los viajes en crucero en una década? Mucho más de
lo que uno puede imaginarse. Basta mencionar que en el 2010 no existían
nueve de los diez mayores barcos que navegan en la actualidad.
Hace diez años no había wifi a bordo ni los medallones inteligentes,
así como tampoco las quejas por la masificación turística o la actual
preocupación por la sostenibilidad.
Estas son las tendencias que cambiarán la forma de viajar en crucero en los próximos diez años
Más mega-cruceros (pero no más grandes)
Según el medio especializado Cruise Critic para los próximos años se espera que haya más de 500 cruceros navegando en el mundo. Y muchos serán mega-cruceros.
Royal Caribbean está dispuesta a seguir liderando la carrera por los tamaños. La naviera es propietaria de cinco de los diez cruceros más grandes del mundo, pero el gigantismo de los barcos parece alcanzar un techo.
Actualmente la embarcación de mayor tamaño, el Symphony of the Seas, presenta un volumen de 228.100 toneladas, las mismas que tendrá el futuro Wonder of the Seas, aunque este último contará con 28 camarotes más.
Carnival botará a fines del año que viene el que será su crucero de mayor tamaño, el Mardi Gras, de 180.000 toneladas brutas; MSC Cruises hará lo propio con el Europa (205.700 toneladas) y Norwegian reducirá un 17% el tamaño de sus futuras embarcaciones tras la reciente inauguración del Norwegian Encore (140.000 toneladas). Pero ninguna se plantea ir más allá.
Los constructores y directivos saben que si los barcos crecen de
tamaño habrá menos puertos para atracar. En paralelo crecerán las
protestas de organizaciones vecinales y ecologistas, que alertarán la
llegada de gigantes que desembarquen más de 5.000 pasajeros en un par de
horas.
La expansión de los menores
El crecimiento en el número de grandes cruceros no significa que haya una disminución de los barcos pequeños.
Al contrario: las compañías más exclusivas como Crystal Cruises, Le Ponant, Windstar, Scenic, Ritz-Carlton, Seabourn Cruise Line o Regent Seven Seas seguirán apostando por embarcaciones con una capacidad menor a los 500 pasajeros.
La razón es que muchos pasajeros están dispuestos a pagar más a cambio
de contar con un servicio más personalizado. Y recordemos que ser
exclusivo es lo opuesto a la masificación.
Además los barcos de menor tamaño tiene más posibilidades de atracar
en puertos de ciudades con poca presión turística, así como islas y
parajes en sitios exóticos.
Barcos dentro de barcos
Una de las tendencias en crecimiento es la de ofrecer servicios diferenciados en el mismo barco para un público más exclusivo.
Así ya lo puso en marcha MSC Cruises con su servicio Yacht Club, y Carnival cuenta con las suites Havana y los camarotes Family Harbor; por ejemplo.
Los pasajeros que pagan por este servicio no solo disfrutan de
habitaciones más grandes, sino que a bordo cuenta con espacios
reservados, desde piscinas privadas a salones y comedores exclusivos,
así como tienen preferencias para los espectáculos.
Islas cada vez más extravagantes
Hace décadas que existen las islas privadas para crucero, pero el relanzamiento de Coco Cay de Royal Caribbean y la apertura de Ocean Cay de MSC Cruises están cambiando las reglas del juego.
Las grandes navieras competirán por ofrecer cada vez más servicios en
sus islas, donde la espectacularidad de algunas atracciones (como la
gigantesca piscina en la Coco Cay) irá de la mano con la diferenciación
en los clubes de playa y restaurantes, para crear zonas donde los
pasajeros sientan una mayor cuota de privacidad a costa de un precio más
alto.
Cada vez más recargos
Así como está sucediendo con las líneas aéreas,
las compañías de cruceros cada vez aplican más recargos a servicios que
antes estaban incluidos. De hecho un tercio de sus ingresos provienen
de la venta de servicios, bebidas y comidas a bordo.
Esto les permiten bajar sus precios para impulsar la popularidad de este
tipo de viajes. Por ejemplo, si hay nuevos restaurantes a bordo, serán
con menús de recargo. ¿Más atracciones como toboganes acuáticos,
tirolesas y espectáculos importados de Broadway? ¿Quiere más wifi a
bordo? Pues a pagar por disfrutarlos.
La contrapartida es que, ante el futuro fastidio de muchos pasajeros,
las navieras más exclusivas seguirán apostando por una tarifa todo
incluido global: que el pasajero no se preocupe por ningún recargo
extra: desde las propinas hasta las bebidas alcohólicas, todo estará
cubierto. Eso sí: el precio estará entre los más altos del mercado.
La marea verde
En los próximos 10 años los cruceros habrán eliminado gran parte de sus residuos plásticos de un solo uso, desde las pajitas hasta los vasos.
Las innovaciones tecnológicas permitirán reciclar gran parte de los
residuos y el desarrollo de nuevos sistemas de propulsión relegará cada
vez más a los combustibles fósiles.
Hurtigruten está tomando la delantera
con el desarrollo de la navegación con baterías eléctricas, usadas
sobre todo en ecosistemas frágiles como los del Ártico y la Antártida; y
cada vez más vemos cruceros con gas natural licuado, como el flamante Costa Smeralda.
Templos de la tecnología
Entre los atractivos que las compañías de crucero usarán para seducir a sus pasajeros se encuentran los desarrollos tecnológicos.
Entre estos podemos citar las aplicaciones que permiten desde abrir
la puerta del camarote hasta gestionar el embarque biométrico con un
selfie.
También se expandirá el uso de dispositivos para pagar o buscar a una persona, como el Ocean Medallion de Princess Cruises, filial de Carnival; o los altavoces inteligentes como el Zoe de MSC Cruises.
La tecnología crecerá aceleradamente entre las atracciones y los juegos a
bordo con la expansión de la realidad extendida, una combinación de la
virtual con la aumentada; así como en los cuartos de escape y hasta en
los espectáculos a bordo, que serán cada vez más interactivos.
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