Steegmann ha hecho de su capa un sayo hasta ahora, con el pleno apoyo de Santiago Abascal, que tuvo un interés personal en ponerlo en las listas, y cuando los digitales Euskalnews y Rambla Libre informaron de que la Fundación de Steegmann en 2020 recibió cuantiosas donaciones, por valor cercano al millón de euros, de Pfizer y J & J, Vox contestó cerrando filas como partido con el Fauci español en un deleznable comunicado y amenazando, inconsistentemente, con llevarlos a los tribunales.
Steegmann, que dice hablar en nombre de la ciencia, cuando en realidad lo hace en nombre de las farmacéuticas, dando las gracias arrastradas y lacayas a Pfizer, cuando un directivo da una charla en el Congreso sobre las “terapias génicas”, y pide la timo vacunación obligatoria y pide el pinchazo como un “deber moral” al personal sanitario, no tiene otra salida que la destitución.
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