MADRID.- La reciente nacionalización de Bankia ha despertado numerosas
suspicacias. Aparte de la lógica preocupación por sus ahorros, muchos
ciudadanos se preguntan por qué el Estado tiene que hacer tamaño
esfuerzo cuando son muchos los directivos que han abandonado las Cajas
de ahorro con elevadísimas indemnizaciones tras una dudosa gestión, que
ha obligado al Estado a inyectar ayudas públicas, se pregunta 'Intereconomía'.
No faltan voces que
incluso piden la intervención del Fiscal General del Estado para que
investigue dichas liquidaciones, además de los créditos que muchos de
ellos mantienen con las entidades que abandonan. Los ex directivos han recibido ya más de 93 millones en
indemnizaciones. Una cifra que sobrepasaría ampliamente los cien
millones si se suman las cantidades pendientes de recibir.
Antiguos
gestores siguen reclamando un resarcimiento, como el que fuera director
general de Caixa Penedés –entidad que hoy forma parte de Banco Mare
Nostrum–, que reclama por vía judicial los 3,7 millones de euros que no
le han dado a su salida de la entidad. Otros directivos han llegado incluso a blindar su futuro nada más
incorporarse a su nueva responsabilidad. Es el caso del ex director
general de Catalunya Caixa, Josep María Loza, que pactó una
indemnización de diez millones de euros a su salida. Una suma
escandalosa para una entidad nacionalizada desde septiembre.
El Fondo de
Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que tiene casi el 90% de su
capital, ha iniciado la venta de la firma, aunque, por el momento, el
proceso no ha despertado gran interés.
Bankia, que ha protagonizado el mayor rescate de la historia de España,
con cerca de 25.000 millones de euros, está ya en manos de José Ignacio
Goirigolzarri, consejero delegado del BBVA hasta octubre de 2009,
cuando abandonó la entidad tras recibir una liquidación por valor de 52
millones de euros, que puso fin a los desencuentros con el presidente
del Banco, Francisco González.
Al antiguo presidente de Bankia, Rodrigo
Rato, que presentó su dimisión el 7 de mayo, le corresponde un plan de
pensiones de 1,2 millones de euros, que según fuentes del sector podría
percibir en acciones.
El panorama de las Cajas de ahorro en España ha dado un vuelco de 360
grados. El interés de los políticos por financiar proyectos innecesarios
muchas veces y su exposición al ladrillo las han empujado al abismo. Su
presunta solvencia ha dejado al descubierto profundos agujeros en sus
cuentas.
Sólo unas cuantas entidades han sobrevivido a esta hecatombe.
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