MADRID.- La tendencia de precipitaciones inferiores a
la media en Europa ha continuado en los primeros meses de 2012. La
misión SMOS de la ESA ha puesto de manifiesto las consecuencias
negativas de este reciente brote de "buen" tiempo.
Europa Occidental está experimentando una grave falta de agua
debido a esta tendencia. La preocupación por el déficit de agua está
aumentando en los países europeos y sus respectivos organismos
encargados del agua, en particular en España, Francia, Alemania y el
Reino Unido, explica la ESA en un comunicado.
La ausencia de suficientes recursos hídricos pone en peligro
las cosechas, lo que a su vez aumenta el precio de los alimentos y puede
provocar una escasez de agua potable o para la industria.
Otoño registró un clima particularmente seco, obligando a
interrumpir la navegación en el Rin y el Elba, e incluso provocando un
incendio forestal en Baviera.
La tendencia a la baja precipitación en Europa continuó en los
primeros meses de 2012, según reflejan las lecturas de humedad del
satélite SMOS.
Lanzado en 2009, SMOS registra radiación de microondas emitida
por la Tierra para calcular la cantidad de humedad que se mantiene en
la capa superficial del suelo, hasta una profundidad de unos cinco
centímetros.
Los datos de SMOS muestran la diferencia en la humedad del suelo entre febrero de 2011 y 2012 en toda Europa. El bajo contenido de humedad en el suelo es especialmente pronunciado en España, Francia y el Reino Unido.
La información es particularmente importante para una mejor
comprensión del ciclo del agua y los procesos de intercambio entre la
superficie terrestre y la atmósfera. SMOS adquiere sus mediciones a una
resolución de 50 kilómetros por pixel.
La combinación de observaciones de SMOS con los datos de alta
resolución sobre vegetación y la temperatura de la superficie de la
Tierra, permite crear unos mapas de humedad del suelo con una resolución
espacial de un kilómetro.
La información sobre la humedad del suelo a una resolución tan
alta puede ser utilizada en aplicaciones como la evaluación de
contenido de agua del suelo para la gestión de la agricultura.
En condiciones de extrema sequía, los mapas pueden ayudar a
localizar las áreas específicas de alto riesgo de incendio mediante la
combinación del conocimiento de la humedad del suelo con otros datos
obtenidos por satélite y los pronósticos de temperatura del aire y la
intensidad del viento.
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