Desde la Fundación PRO-AVE sabemos que el título puede parecer
victimista, pero les aseguramos que no lo es. Las obras de entrada del
AVE a la Ciudad de Alicante, un tramo de menos de un kilómetro, están
completamente paradas desde hace varios meses. Y no es de recibo. Tanto
si se trata de problemas técnicos como financieros: ¡que se solucione!.
Existe un compromiso por parte del Ministerio de Fomento para que
Alicante tenga el AVE que le una a Madrid en diciembre de 2012, y debe
cumplirse. ¿Cómo es posible que la primera y cuarta provincias de España
no estén conectadas en alta velocidad, cuando ya existen en España al
menos 17 ciudades con conexión (sin contar aquellas que disponen de
paradas aunque a penas se utilizan)? La pregunta, por mucho que uno se
esmere en contestarla, no tiene respuesta, al menos racional. El que una
inversión comprometida, presupuestada y económicamente rentable, como
es el AVE Alicante-Madrid (ya tendremos ocasión de hablar del
Castellón-Valencia), se esté retrasando de forma sistemática e
injustificada como está ocurriendo, constituye un acto de manifiesta
irracionalidad económica y de falta de visión de futuro.
En primer
lugar, porque el retraso en la puesta en marcha de un negocio supone,
cuando hay demanda, retrasar la generación de ingresos y beneficios. Y
en segundo término, porque alargar la realización de una inversión
supone incrementar sus costes financieros y, por tanto, el coste total
de la misma. En suma, que el tiempo es muy importante en cualquier
inversión, como bien sabemos los empresarios. Sin embargo, esto parece
no contar para los políticos, aunque ello afecte negativamente a la
economía nacional y al interés general. El retraso del AVE
Alicante-Madrid contrasta con el empeño del Ministerio de Fomento en
impulsar nuevos proyectos de alta velocidad, de mucha menor relevancia e
impacto económico, mientras los importantes siguen sin concluir y
acumulando retrasos por problemas de dotación presupuestaria. Una vez
más el sistema ferroviario español y la Comunidad Valenciana son
víctimas de una estrategia y gestión de Fomento manifiestamente
irracionales, tanto en lo económico como en lo social.
Somos conscientes
de que cualquier argumento que aportemos en defensa de una línea de AVE
como la Alicante-Madrid, ya es conocido por los responsables de su
puesta en funcionamiento, pero no está de más recordarlo: 1. Desde el
punto de vista del negocio ferroviario nos encontramos con una de las
líneas más concurridas del país, que forma parte del Triángulo de Oro de
los ferrocarriles españoles, y a gran distancia de las que hoy son
prioritarias para Fomento desde la perspectiva inversora. 2. Se trata de
una línea situada en el intervalo de los 350-500 kilómetros, en el que
la alta velocidad constituye el modo de transporte de pasajeros más
competitivo. 3. Es línea de conexión de dos áreas altamente
pobladas, como son Madrid y el área urbana del sur de Alicante, con más
de un millón doscientos mil habitantes permanentes y bastantes más
estacionales. 4. Alicante ha constituido y constituye, junto con
Valencia, la salida al mar de Madrid. La costa alicantina es el
principal espacio de veraneo de los madrileños. Por ello su pleno
funcionamiento constituye un importante motor de la actividad económica,
tanto de la provincia de Alicante como de Madrid, al mejorar la
conectividad e incrementar los flujos económicos entre ambos espacios.
5. Para la costa alicantina implica el incremento de la demanda
turística, uno de los motores económicos de nuestro país. 6. Para
Madrid, supone el aumento de la demanda de servicios de alto nivel. 7.
Para los ciudadanos de ambos espacios que se trasladan por trabajo,
disminución en tiempo y mejora en comodidad y eficiencia. 8.
Puede tener un efecto positivo sobre el turismo de cruceros mejorando y
haciendo más rápida la comunicación entre el puerto de Alicante y una
ciudad con los atractivos culturales y de servicios de Madrid.
No
podemos permitir que Alicante y Madrid se vean privadas de estos
beneficiosos efectos por los retrasos y carencia de criterio económico
de Fomento. Unos beneficios que, en una fase de recesión como la que
atraviesa la economía española, cobran mayor relevancia, especialmente
para una economía tan dependiente del turismo como la alicantina. Pero
olvidaríamos algo importante si no tuviésemos en cuenta que los retrasos
en la ejecución del AVE Alicante-Madrid también retrasa la conexión en
alta velocidad con Madrid de otro importante espacio turístico español,
el de Murcia, especialmente conectado al mercado madrileño. En un
momento en que el país atraviesa por una situación económicamente
delicada, la racionalidad económica cobra una especial importancia para
todos, y en especial para las administraciones públicas. Un Ministerio
económicamente tan relevante como el de Fomento debería ser el primero
en dar ejemplo. Y si no es así tendremos que ser los ciudadanos los que
se lo exijamos, ya que somos los primeros en sufrir sus fallos.
Comunidades como la valenciana y murciana no pueden ser desatendidas por Fomento como lo están siendo. Y el país no puede seguir sufriendo los costes económicos y sociales de una política ministerial tan poco sensible a la racionalidad económica.
Comunidades como la valenciana y murciana no pueden ser desatendidas por Fomento como lo están siendo. Y el país no puede seguir sufriendo los costes económicos y sociales de una política ministerial tan poco sensible a la racionalidad económica.
(*) Presidente de la Fundación Pro-AVE
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