Otra nueva semana llena de incertidumbres de cara a
dilucidar si algún partido del arco parlamentario nacional contará con
los apoyos suficientes para formar Gobierno, o si por el contrario,
aparecerá más claro que la solución al impasse actual pasa porque
Mariano Rajoy ceda el puesto para que lo intente Pedro Sánchez o por
convocar nuevas elecciones generales.
Con mucha probabilidad, las incertidumbres no quedarán resueltas en los
próximos siete días, pues el Rey no podrá todavía proponer un
candidato para que se someta a la sesión de investidura hasta que haya
recibido de nuevo a todos los representantes que designen los partidos
políticos, y no los habrá oído ni conocerá la respuesta del primer
candidato al debate, el presidente del Partido Popular, hasta que lo
vea de nuevo el viernes por la tarde.
La incertidumbre no es buena para la economía. Como alerta el ministro
de Economía en funciones, Luis De Guindos, los inversores temen un
gobierno que revierta las reformas. La última subasta de deuda, en la
que no se pudo colocar todo el papel inicialmente previsto, le estaría
dando la razón de lo que podría suceder si no lográramos un gobierno
que tranquilice a los mercados.
Ante la cada vez más posible alternativa de que Pedro Sánchez sea
quien se presente a la sesión de investidura, éste está tratando de
obtener el apoyo explícito y unánime del grupo parlamentario, para
vencer la resistencia de algunos de los barones a la posibilidad de
que cuente con el apoyo envenenado de Podemos y de algunos partidos
nacionalistas. Así, el martes, a mediodía, ha convocado al Grupo
Parlamentario Socialista del que espera su apoyo sin fisuras. Pese a
ello, no se espera que haya un solo día sin sobresaltos antes de que
llegue el fin de semana.
Por otra parte, ni las encuestas ni las declaraciones de los líderes
parecen ayudar a aclarar el futuro. Si nos atenemos a los sondeos, el
último de ellos, el del diario El País, publicado este domingo, parece
que estamos abocados a que se celebren nuevas elecciones.
Según este diario, el 49% de los españoles preferiría un Gobierno
presidido por el PP con apoyo del PSOE y Ciudadanos, mientras que el
44% lo rechazaría. Cuando se pregunta en el sondeo por un gobierno de
progreso presidido por Pedro Sánchez, el apoyo al mismo cae al 36%,
mientras que un 58% lo rechaza.
Y añade el sondeo otro dato revelador: el 62 % de los españoles
considera que la situación de la crisis política actual tendría más
fácil salida sin Rajoy y el 50 % sin Pedro Sánchez. Esto ha llevado el
diario del Grupo Prisa a pedir en dos editoriales consecutivos que
tanto Rajoy como Sánchez den un paso al lado para facilitar la
gobernabilidad del país y dejen a otros líderes de sus partidos que
alcancen los acuerdos que garanticen la gobernabilidad de España.
No parece que ni uno ni otro vaya a hacerlo en las próximas horas. Los
número dos de los respectivos partidos, Cospedal y Luena, han vuelto a
hablar este domingo para mantenerse en sus ideas iniciales. El PP
propone un gobierno de gran coalición: PP, PSOE y Ciudadanos. Y el PSOE,
lo rechaza, pero las alianzas posibles tendrían muy difícil conseguir
las reformas constitucionales que han anunciado si no cuenta con el
apoyo del PP, cuyos 123 diputados podrían vetar esas reformas.
Por ello, los populares han hablado a través de su secretaria general,
María Dolores de Cospedal, quien ha defendido en Guadalajara la idea de
una “necesaria segunda Transición”, fruto del acuerdo entre los
‘partidos constitucionalistas moderados’.
La negativa ha venido de nuevo del lado de los socialistas por parte
de su secretario de Organización, César Luena, para quien “ahora es
el momento de Rajoy, le toca a Rajoy, no puede esconderse”. Si llega
el momento “Pedro Sánchez va a estar dispuesto para que haya un cambio
progresista y reformista, que sirva a la mayoría de los españoles". Es
decir: sin Mariano Rajoy, a quien volvió a recordar que se trata del
presidente del primer partido imputado en España por corrupción.
(*) Periodista
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