La primera línea del famoso libro de Jean François Revel, El conocimiento inútil, publicado en 1988 reza: La mentira es la primera fuerza que dirige el mundo.
Una verdad como un castillo que, en el caso del Sobresueldos se
convierte en una montaña. La mentira rige la vida de Rajoy las
veinticuatro horas del día. Vive mintiendo. Vive para mentir. No hace
otra cosa que mentir. Ganó las elecciones de 2011 mintiendo como un
bellaco y mintiendo ha seguido hasta el día de hoy. Es tan obvio y
evidente y hasta tal punto del conocimiento general que nadie da crédito
jamás a lo que dice y por eso su calificación es la más baja de todos
los presidentes democráticos.
Un
mentiroso compulsivo que miente incluso cuando no sería necesario, que
es bien pocas veces, quizá cuando le pregunten por el tiempo. De este
modo, las entrevistas que se le hacen -y en las que ahora se prodiga,
tras haber pasado cuatro años sin darlas, sin contestar a las preguntas
de los periodistas e, incluso, sin dejar que las hicieran- no son otra
cosa que retahílas de mentiras, de mentiras desvergonzadas, mentiras
patentes. Miente. La gente sabe que miente. El sabe que la gente sabe
que miente. Pero le da igual. Lo suyo es mentir y mentir a ver si
consigue continuar al frente del gobierno para seguir destruyendo y
esquilmando el país al frente de un partido que no es otra cosa que una
banda de ladrones. Para seguir empobreciendo a la gente, desahuciándola,
dejándola sin trabajo, sin ingresos, sin pensiones, en beneficio del 1%
de la población, en pro del que gobierna.
La
entrevista de la TV de ayer, una pura antología de la mentira: el PP no
está imputado (dice), cuando sí lo está; todas las empresas borran los
discos duros de los ordenadores (dice), cuando es mentira y muy probable
que ni siquiera sepa qué quiera decir "disco duro"; Barberá y Camps
están "limpios" (dice) cuando están de lodo de corrupción hasta las
cejas; no sabe nada de Rato (dice) y era su amigo del alma y lo puso él
en Caja Madrid.
Podríamos
seguir. No merece la pena. Un tipo indigno y despreciable que, viéndose
ya en la puerta de la calle, se arrastra implorando una investidura que
ni el país puede permitirse ni los españoles tolerar. Después de cuatro
años de autoritarismo, chulería, trágala e imposición de leyes
retrógradas como la Ley Mordaza, la reforma laboral o la LOMCE que hace
una semana no estaba dispuesto tocar, ahora ofrece modificarlas en lo
que sea a cambio de pacto. Está dispuesto a ofrecer un riñón para seguir
desgobernando España y no ser el único presidente que no ha repetido
mandato.
Y
está también dispuesto a instrumentalizar las instituciones al servicio
de sus indignos fines, bloqueando el sistema democrático, como ha hecho
siempre que le ha convenido, como tuvo bloqueado el Tribunal
Constitucional durante años, como retrasó la aprobación del presupuesto
de 2012 para no perder las elecciones de Andalucía. Un caradura que de
todo se aprovecha para mantenerse en el poder como las garrapatas se
aferran a los perros.
Hay que decir que le ayuda mucho una parte de los socialistas. Imbuidos estos de un falso sentido de Estado,
sostienen que, debiendo haber un gobierno en España, el PSOE ha de
posibilitar a la banda de mangantes seguir con sus latrocinios. Ese
grupo de viejos dirigentes, todos correosos reaccionarios, solo miran
por sus intereses personales e ignoran -o simulan ignorar- que este
gobierno que quieren perpetuar ha sido un ataque sistemático a los
derechos y el bienestar de la gente, una agresión franquista y
nacionalcatólica a las libertades públicas, un indignante atropello de
la dignidad de las personas, un insulto constante a los catalanes y un
saqueo universal del erario, en provecho de auténticos truhanes
militantes y dirigentes del partido del gobierno, empezando por su
presidente.
Ignoran que este, el mentiroso compulsivo presidente de los sobresueldos suscita no ya rechazo general sino auténtico odio.
Pero
ellos no lo ven porque no saben cómo lo está pasando la gente en la
calle. Si no están en las puertas giratorias, cobran saneados
emolumentos por cargos públicos y desconocen la situación real del país.
Solo cuenta su egoísmo. Y por eso pueden hacerse propuestas moralmente
tan repugnantes como la de que el PSOE (que, de todas formas, no ha sido
capaz de oponerse a los atropellos de los últimos años) permita con su
abstención un gobierno del PP, el partido de la corrupción, en alianza
con C's, el partido del programa últraliberal para terminar de arrebatar
a los trabajadores sus últimos derechos.
Si
tanto preocupa a estos padres de la patria, empezando por Felipe
González, la gobernación de España, les propongo otra fórmula: un
gobierno de PSOE y Podemos con la abstención de C's. Para garantizar
esta basta con que los magnates que pagan a los Gonzáleces llamen a
Rivera y le den la orden. Fácil, ¿verdad?
No
querrán, claro, porque, en el fondo, prefieren a los franquistas. Pero,
por si acaso se impusiera esta opción, un último ruego a Podemos:
estaría bien una cura de humildad, después de llevar meses haciendo el
ridículo, el pedante y el prepotente. Si quieren sobrevivir, tienen que
aliarse con el PSOE, bajar sus estúpidos humos y garantizar un gobierno
serio y responsable a la par que radical en las medidas en favor de la
regeneración democrática y la recuperación de los derechos arrebatas por
esta derecha a las gentes del común.
Y
si no lo hacen y siguen tratando de destruir al PSOE con tácticas de
catón de tercera, nuevas elecciones, en las que desaparecerán porque no
podrán reproducir sus franquicias ni siquiera en Andalucía. No darse
cuenta de esto ahora que están a tiempo y esperar a hacerlo tardíamente
será dar la razón al Revel con el que empezaba este post cuando, en el
libro citado, señalaba que comprender las cosas tarde equivale a no
comprenderlas.
La propuesta de Felipe González
Entiendo perfectamente la propuesta de
González de que gobierne el PP con C's y la abstención del PSOE. Es una
sugerencia de estadista, de hombre que se preocupa por el destino de su
país y no por intereses de partido. Es un ejemplo de mesura y prudencia.
Al fin y al cabo, el PP es el partido más votado y C's, una
organización nueva (no tanto en Cataluña) de carácter regeneracionista.
Sin duda actuará de contrapeso a la propensión del PP al robo, el fraude
y la corrupción. Además, para mayor seguridad, Rivera pedirá la
retirada de Rajoy, principal responsable de este gatuperio. Sin duda la
propuesta tiene el aval de Rubalcaba, Bono y Zapatero, tres políticos de
fuste. Y el apoyo de Susana Díaz y Carme Chacón, dos socialistas de
empuje y brío y, par dessus le marché, mujeres, lo que da a la
idea un aire transversal en cuestión de género. Muchos de los barones la
verán también con agrado, García Page o los de Extremadura, el que fue,
Ibarra, y el que es, Fernández Vara.
Definitivamente, un acierto en
punto a contener la locura secesionista catalana y mantener la unidad de
España. Y no solo eso, también está llena de razón y enjundia para dar
una lección a estos advenedizos pretenciosos de Podemos que se han
creído que todo el monte es orégano y han faltado al respeto a las
venerandas barbas del abuelo Iglesias Posse; que no se conforman con los
trasportines que les han asignado en el Congreso y pretenden primera
línea de proscenio, bajo los focos, porque les pierde la vanidad y la
petulancia. Es igualmente una propuesta sensata, que tranquilizará a los
mercados internacionales y a la Gorgona germánica, Merkel, así como la
arpía del FMI, Lagarde, y mirará por la prosperidad de España.
Y no solo
eso: también es una propuesta moderada y templada, que pretende
reconciliar a los españoles de una vez, ahora que andan los bolcheviques
cambiando los nombres de la calles y, sobre todo, dar una segunda
oportunidad a la derecha del PP, en donde todavía quedan militantes que
no han robado lo que podían robar y a otros no les ha dado tiempo de
destruir las pruebas de sus latrocinios. Sí, definitivamente, es una
propuesta sensata que trata de evitar el caos que se desataría en España
con un gobierno de coletas, bebés, núcleos irradiadores, ogros
catalanes, y socialistas díscolos de los que todavía quedan algunos en
las periferias de las ciudades e instituciones. Una propuesta que
Sánchez debiera hacer suya por el bien de la "gran nación" y esperar a
tiempos mejores.
Desde
luego, merece todo el apoyo de los analistas y comentaristas
independientes de esos que sueltan estopa en televisiones de la Iglesia,
radios de la Iglesia, medios de los magnates y canales públicos
repletos de esbirros a suculentos sueldos. Sin duda.
Pero
¿sabe usted qué, don Felipe? Métasela en donde le quepa. Usted y todos
sus amigos de derechas, los meapilas y cómplices con esta degradación a
que ha llegado este desgraciado país. Sigan ustedes rezongando su
envidia y su odio a la nueva izquierda y al independentismo catalán, que
son las únicas puertas que se han abierto en esta situación de agobio,
abuso y corrupción a que la incompetencia de la vieja oligarquía
nacionalcatólica, con su ayuda, ha condenado a este país. Y la única -y
última posibilidad- de que el PSOE se levante de ese cenagal en que lo
han arrojado todos ustedes y pueda recuperar algo de su dignidad
perdida.
Siga haciendo propuestas. Llegará usted a ser más inmundo que el Sobresueldos.
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