Trilla ha reiterado que el uso de la mascarilla "en exteriores con distancia y con poca densidad de gente el riesgo es bajo, nunca es cero, pero es bajo y añadir mascarilla puede reducir el riesgo de contagio, evidentemente, donde sí se sabe que el riesgo es alto y se sigue recomendando llevar la mascarilla y llevarla bien es en interiores y por otra parte, la típica imagen de una calle llena de gente que se hace cola y se va lentamente es recomendable llevarla puesta.
A partir de aquí, llevarla en la montaña o en la playa es simplificar la recomendación, todos en todas partes, pero desde el punto de vista de la evidencia científica quizá no añade mucha seguridad. Para reducir el contagio, el hecho de llevarla permanentemente, hay que añadir no te la pondrás y te la quitarás, te la pones al salir de casa y te la quitas cuando llegues de nuevo al domicilio.
Esperemos que sea una situación transitoria y que se pueda volver a relajar el uso de la mascarilla; aunque tengamos dudas de su eficacia real, nos debemos equivocar en sentido de la prudencia y ser obedientes y llevarla"
La situación en la que está en estos momentos España "es difícil de gestionar" dice el investigador que ante la otra opción de que se ponga en uso el pasaporte covid para entrar en los locales o viajar, afirma que en interiores hay que tener en cuenta dos cosas: "la variante ómicron tiene mucha facilidad para contagiarse incluso entre personas vacunadas, si se pide el pasaporte covid tenemos la garantía de que todo el mundo que entra está vacunado por tanto es más difícil que te puedas contagiar y si te infectaras se reducirían los casos graves, por lo tanto, en una cena con todo el mundo vacunado pues si te contagias será más leve.
Pero ahora con la variante ómicron, el pasaporte covid ha perdido cierto sentido porque hay riesgo de contagiarse aún vacunado. La mejor precaución aunque sé que va en contra la economía y es una solución intermedia entre cerrar y que todo el mundo haga un poco lo que pueda y es reducir, limitar los aforos. Son pequeñas cosas, pero el mensaje es intentemos contagiarnos lo menos posible hasta que pase esta especie de ola tremenda".
Del resto de medidas que se pusieron en la mesa en la Conferencia de presidentes autonómicos, el aumento en las plantillas de sanitarios o más test de antígenos, ¿cuáles serán las más eficaces? "Siempre decimos que llegamos tarde y es verdad, la variante ómicron ha corrido mucho y vamos por detrás. Necesitamos profesionales cualificados que puedan ayudar en la tarea de atender a los ciudadanos, vacunar, hacer pruebas si toca, atender a los pacientes covid, no covid...
Hay mucho, mucho trabajo y está muy saturado y es necesario aumentar el personal, pero siempre que se haga de forma rápida con agilidad extrema porque si se ponen trabas burocráticas o hay que ponserse a hacer papeles esto no va a funcionar.
La atención primaria está saturada desde hace muchas semanas, y están más apretadas que en los hospitales y el refuerzo de personal debería quedarse de cara al futuro porque si algo hemos aprendido en esta pandemia es que el Sistema Sanitario aguanta, pero muy justito. Hay que intentar ver cómo se puede reforzar el sistema" insiste el jefe de Medicina Preventiva del Hospital Clínico de Barcelona.
¿Cuántas olas más vamos a poder soportar? "Es probable que haya bastantes más olas, pero cada vez deben ser menos graves, menos importantes, menos extensas. Las vacunas siguen sirviendo, sabemos que han perdido eficacia con el tiempo, pero piensen esta cifra de contagios hace 12 meses cuando no estábamos vacunados habría sido un desastre y el sistema sanitario de cualquier país se vería colapsado y moriría mucha gente.
Tratamientos hay y tienen que aprobarse nuevos y tenemos evidencias para poder evitar que pacientes con covid desarrolle formas graves de la enfermedad. Gracias a la ciencia hemos avanzado, hoy estamos tres casillas para atrás, pero no estamos como en la casilla de salida".
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