Justin Trudeau, primer ministro de Canadá desde 2015, es a día de hoy un cadáver político. Con una trayectoria a favor de toda la agenda de la corrección política, se ha desvelado como un dirigente totalitario que ha pisoteado todos los derechos y libertades de los ciudadanos. Huido vergonzantemente de Ottawa a la llegada del Convoy de la Libertad, ha actuado después con sobreactuación autoritaria, invocando la Ley de Emergencias.
Sin embargo, la invocación de la Ley de Emergencias por parte del gobierno se encontró con la oposición de los conservadores federales, así como del primer ministro de Alberta, Jason Kenney.
Kenney dijo el sábado que Alberta impugnará la invocación de la Ley en los tribunales, diciendo que viola la “justicia natural”.
“La invocación del gobierno federal de la Ley de Emergencias es una medida innecesaria y desproporcionada que puede violar las libertades civiles, invade la jurisdicción provincial y crea un precedente muy peligroso para el futuro”, dijo Kenney en un video publicado en las redes sociales.
La Policía canadiense, actuando con una gran brutalidad, ha desalojada el centro de Ottawa, pero el movimiento está lejos de existir. No ha “implosionado”, ni mucho menos. Creo que recién ha comenzado. Estimo que estamos en algún lugar entre la Primavera de Praga y el levantamiento de Solidaridad de Gdansk en el reloj de este movimiento de libertad. En realidad, estamos entre Gdansk 1980 y Berlín 1989. Con Justin Trudeau convertido en un cadáver político.
(*) Periodista
http://ramblalibre.com/2022/02/22/justin-trudeau-un-cadaver-politico/
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