"Es cierto que estas entidades son viables hoy, pero deben saber que en el momento en que dejen de serlo, el Parlamento ha dotado al Banco de España de suficientes instrumentos (...) para que más allá de lo que piensen las asambleas de esas cajas y los gobiernos autonómicos, esas entidades sean intervenidas y posteriormente liquidadas o vendidas en la forma que prevé el FROB", dijo Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
Ese riesgo apuntado por el gobernador podría llegar a afectar a la CAM, hoy bastante reacia a las fusiones con otras cajas de ahorro, más que nada por los intereses personales de sus directivos, enrocados tras una gestión pendiente de revisar en serio para que aflore su verdadera situación después de una alta exposición al ladrillo, y por su protagonismo financiero en la especulación de suelo en su principal ámbito de actuación.
Aunque recientemente el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó que ni el Ejecutivo ni el Banco de España estaban presionando para fusiones de cajas, el gobernador del banco central volvió a insistir en la necesidad de agilizar los procesos para sanear el sistema.
Además, el gobernador pidió el miércoles que se actuara para evitar que la debilidad de las "entidades zombis" llegara a perjudicar al resto del sistema financiero.
En la actualidad, más de la mitad de las 45 cajas de ahorros están en distintas fases de su proceso de fusión, si bien estos proyectos no acaban de cerrarse.
A finales de enero, el Gobierno español recibió el visto bueno de la Comisión Europea al denominado Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
La creación del FROB pretende facilitar un proceso de concentración considerado por muchos vital para el saneamiento de las entidades financieras en España, particularmente en el sector de las cajas.
Fernández Ordóñez advirtió de que España sólo volverá a unos niveles de crecimiento satisfactorio si se emprenden grandes reformas.
La caída significativa de la inflación subyacente ha mejorado la competitividad española, dijo Fernández Ordóñez, y agregó que los particulares y las compañías españolas deben mejorar sus balances antes de que se vuelva a fortalecer el consumo y la inversión.
El también consejero del Banco Central Europeo advirtió que el Gobierno español debe cumplir sus objetivos de déficit público a 2013, que incluyen la reducción del déficit al tres por ciento del PIB en ese plazo, o verá su credibilidad y esperanzas de recuperación afectadas.
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