El Ayuntamiento de Alicante despeja sus incógnitas y deshoja las rosas
del desconcierto social. Empezaremos por el PSOE y su desconcierto, hoy
resuelto con la pérdida del pulso por parte de Elena Martín frente a su
partido, y con el resultado del relevo inmediato del portavoz y
viceportavoz.
Una vez despejada la incógnita de la oposición, llega el
momento de disipar el nudo gordiano del PP y comenzar a desvelar quién
será el posible sustituto de Sonia Castedo. Se ha podido escuchar en los
mentideros políticos que algunos apunta como posible sustituto a Nino
Llorens; en cambio, otros ven en Juan Seva al posible candidato. Claro
que, si Sonia Castedo se mantiene aferrada al sillón -a pesar del paso
adelante dado por el Tribunal Superior de Justicia que la sitúa al borde
de su posible imputación en el caso del PGOU-, será cuestión de que
decidan los ciudadanos de Alicante. Votantes o no de una opción política
conservadora que quiere salvarnos a base de recortes sociales, subida
de impuestos, incremento del IVA y un largo etcétera de fracturas
sociales.
Más tarde o más temprano se tendrá que dar el paso. ¿Están
dispuestos los alicantinos a mantener a la primera edil a cualquier
precio? Ésta es una cuestión que no puede clarificarse si no se convoca
un referéndum para ratificar la intención de la alcaldesa de mantener su
puesto por haberlo decidido el pueblo. Porque en el ajedrez político
nunca se puede descartar la posibilidad de una salida negociada, aún
cuando se le haya dado jaque a la reina. Y al rey, porque todos sabemos
que la historia está plagada de ejemplos desafortunados y afortunados,
como también conocemos que el poder que emerge de los ciudadanos pierde
su legitimidad cuando éstos se ven defraudados.
Ahora bien, otra cosa
es que la presunción de inocencia permita envolver a la alcaldesa en el
espacio populista para minimizar la presunta actuación. Si los indicios
observados desde la Fiscalía llevan a que el TSJCV impute a Castedo por
revelación de información privilegiada; tráfico de influencias y cohecho
por facilitar datos secretos sobre la tramitación del planeamiento
urbano de Alicante, sería bueno conocer qué dice su partido, que se
jacta de expulsar a los imputados. Interesante incógnita que será
curioso despejar con la respuesta que ofrezca el PP. Porque si Fabra
cumple con su discurso, la sociedad alicantina tendría que digerir la
composición de un nuevo grupo de no adscritos en el Ayuntamiento.
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