MADRID.- Han pasado tres años desde que comenzó la crisis financiera y la
reestructuración de las cajas de ahorro, pero sólo ahora la
intranquilidad comienza a apoderarse de los antiguos gestores de las
cajas que han sido rescatadas, después de que el juez Bermúdez haya
abierto la vía para que los afectados por las preferentes denuncien por
estafa a los directivos de las entidades que les vendieron esos
productos, avanza hoy 'El Boletín'.
En concreto, el juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez ha abierto una investigación para averiguar si los antiguos gestores de la CAM, entre ellos el ex presidente Modesto Crespo, cometieron delito de estafa al comercializar cuotas participativas sin dar información suficiente sobre ellas.
Aunque sólo se mencionan las cuotas participativas, se podría extender a otros productos, especialmente a las ya tristemente participaciones preferentes, productos híbridos de capital muy complejos que fueron colocados con alegría entre los inversores minoristas, muchos de los cuales han quedado ahora atrapados tras las sucesivas nacionalizaciones de entidades como Bankia, Novagalicia y CatalunyaCaixa.
Según Bermúdez, los directivos de la CAM pudieron “haber comercializado determinados productos financieros y en particular las denominadas cuotas participativas, sin haber proporcionado a los adquirentes una información veraz sobre la verdadera naturaleza del producto y sin haberles advertido de los riesgos que conllevaba su adquisición”, una conducta muy similar a la que los afectados por las preferentes denuncian ahora.
En esa línea, serían los directivos de las cajas los culpables, mientras que las entidades aparecerían como responsables civiles subsidiarias.
Bankia, Novagalicia y CatalunyaCaixa, los tres grupos de cajas nacionalizados por el Estado, tienen en circulación algo más de 4.500 millones de euros en participaciones preferentes, en las que han quedado atrapados miles de clientes que ni pueden retirar sus inversiones ni cobran intereses.
El grueso de las preferentes en circulación corresponde a la emisión que en mayo de 2009 realizó Caja Madrid, hoy en Bankia. La entidad, entonces presidida por Miguel Blesa, inmediato antecesor de Rodrigo Rato, lanzó una emisión de 1.500 millones de euros en preferentes, que amplió hasta 3.000 millones dada la alta demanda recibida. En total, Bankia tiene alrededor de 3.200 millones de euros en preferentes emitidas por las cajas fundadoras del grupo, incluidas las emisiones a las que no se ha ofrecido una solución y aquellas en las que los tenedores no aceptaron el canje.
En una situación similar se encuentran lo clientes de CatalunyaCaixa, de la que fue presidente Narcís Serra, que suma preferentes por valor de 510 millones de euros, y la situación podría alargarse. Novagalicia, por su parte, tiene en circulación 903 millones de euros en preferentes, procedentes de Caixa Galicia y Caixanova, aunque en una proporción desigual. Mientras la caja que dirigió José Luis Méndez suma 574,99 millones, la presidida por Julio Fernández Gayoso emitió preferentes por 328 millones.
En concreto, el juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez ha abierto una investigación para averiguar si los antiguos gestores de la CAM, entre ellos el ex presidente Modesto Crespo, cometieron delito de estafa al comercializar cuotas participativas sin dar información suficiente sobre ellas.
Aunque sólo se mencionan las cuotas participativas, se podría extender a otros productos, especialmente a las ya tristemente participaciones preferentes, productos híbridos de capital muy complejos que fueron colocados con alegría entre los inversores minoristas, muchos de los cuales han quedado ahora atrapados tras las sucesivas nacionalizaciones de entidades como Bankia, Novagalicia y CatalunyaCaixa.
Según Bermúdez, los directivos de la CAM pudieron “haber comercializado determinados productos financieros y en particular las denominadas cuotas participativas, sin haber proporcionado a los adquirentes una información veraz sobre la verdadera naturaleza del producto y sin haberles advertido de los riesgos que conllevaba su adquisición”, una conducta muy similar a la que los afectados por las preferentes denuncian ahora.
En esa línea, serían los directivos de las cajas los culpables, mientras que las entidades aparecerían como responsables civiles subsidiarias.
Bankia, Novagalicia y CatalunyaCaixa, los tres grupos de cajas nacionalizados por el Estado, tienen en circulación algo más de 4.500 millones de euros en participaciones preferentes, en las que han quedado atrapados miles de clientes que ni pueden retirar sus inversiones ni cobran intereses.
El grueso de las preferentes en circulación corresponde a la emisión que en mayo de 2009 realizó Caja Madrid, hoy en Bankia. La entidad, entonces presidida por Miguel Blesa, inmediato antecesor de Rodrigo Rato, lanzó una emisión de 1.500 millones de euros en preferentes, que amplió hasta 3.000 millones dada la alta demanda recibida. En total, Bankia tiene alrededor de 3.200 millones de euros en preferentes emitidas por las cajas fundadoras del grupo, incluidas las emisiones a las que no se ha ofrecido una solución y aquellas en las que los tenedores no aceptaron el canje.
En una situación similar se encuentran lo clientes de CatalunyaCaixa, de la que fue presidente Narcís Serra, que suma preferentes por valor de 510 millones de euros, y la situación podría alargarse. Novagalicia, por su parte, tiene en circulación 903 millones de euros en preferentes, procedentes de Caixa Galicia y Caixanova, aunque en una proporción desigual. Mientras la caja que dirigió José Luis Méndez suma 574,99 millones, la presidida por Julio Fernández Gayoso emitió preferentes por 328 millones.
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