ALICANTE.- Un artículo elaborado por el catedrático de
Geografía de la Universidad de Alicante (UA) Jorge Olcina, y publicado
en la revista del Instituto Universitario de Investigaciones Turísticas
de la UA, concluye que los destinos turísticos "deben plantear" medidas
de "reducción y adaptación" al cambio climático para evitar la "pérdida
de competitividad turística", según ha informado en un comunicado la
institución académica.
En su escrito, Olcina ha señalado que la zona del Mediterráneo "se
enfrenta a una tendencia al incremento de extremos atmosféricos y a la
pérdida del confort climático", hecho que, en su opinión, "puede
desviar" el flujo de visitantes que reciben los destinos turísticos de
este área geográfica.
Igualmente, ha asegurado que el turismo es "una actividad
vulnerable que debe adaptarse", y en particular ha destacado que las
modalidades de turismo de sol y playa, de nieve y de grandes ciudades,
"están especialmente expuestas a las consecuencias de la evolución del
tiempo atmosférico".
En este sentido, ha resaltado que la citada evolución
meteorológica puede "conducir hacia un cambio drástico de destinos", ya
que las tres "exigencias" del turista en materia climática --disfrute,
confort y seguridad-- "van a verse alteradas en las próximas décadas en
los destinos turísticos en todo el mundo", según ha advertido.
A juicio de Olcina, España es un territorio "especialmente
vulnerable", y ha afirmado que se trata de un "laboratorio idóneo" para
el análisis de las alteraciones en la circulación atmosférica y sus
efectos derivados.
"La actividad turística está especialmente expuesta debido a la
importancia fundamental de la modalidad de turismo de sol y playa y al
auge creciente del turismo invernal de nieve", ha señalado, al tiempo
que ha añadido que se produce "un aumento de los grupos de riesgo de
enfermedades cardiovasculares y pulmonares, sensibles al clima, motivado
por la tendencia al envejecimiento natural de la población española,
así como a la llegada de jubilados europeos".
El estudioso ha considerado que la situación es "de calado
económico y social mundial", si bien ha agregado que al tratarse de "una
cuestión de medio y largo plazo, es de poca rentabilidad política a la
hora de exigir medidas que se deban poner en marcha". Además, ha
avanzado que la "modelización climática todavía tiene certidumbres en su
parte física, por ejemplo, en el comportamiento de las
precipitaciones".
Así, ha apuntado que se han materializado "algunas iniciativas"
tanto en diversas partes del mundo como en España para "anticiparse a
las consecuencias" de la modificación del clima, y al respecto ha
citado, entre otras medidas, al Gobierno australiano, "que se ha
implicado activamente en la cuestión y está desarrollando planes y
medidas de mitigación de los efectos del cambio"
También se ha referido a los diversos protocolos de la Unión
Europea (UE), el caso de la red europea 'Hotel Energy Solutions' para
reducción de emisiones y, dentro de España, las medidas de mejora
energética aplicadas al turismo del Plan-E; el plan canario de
instalación de energía solar en hoteles o la reordenación de la Bahía de
Palma con criterios de planificación urbana sostenible.
No obstante, el catedrático ha señalado como "factor añadido" que
en las dos últimas décadas se ha "edificado en áreas españolas de
expansión urbano-turística por encima de lo racionalmente sostenible, a
veces en zonas con peligrosidad natural, expuestas al peligro de
inundación o en sectores con riesgo ante sequías, temporales marítimos y
deslizamientos".
"El exagerado aumento del parque de viviendas se añade a los
factores atmosféricos y puede generar un incremento en el número anual
de noches cálidas durante las próximas décadas, con lo que ello implica
de pérdida del confort climático en zonas turísticas, especialmente del
litoral mediterráneo español", ha detallado el autor.
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