Pese a ello, sólo un 2% de los británicos encuestados aseguraron haber invertido en propiedades fuera de su país durante el pasado año, frente al 70% que, según indican, lo hizo entre los años 2003 y 2008.
Francia, Portugal, Estados Unidos y el Caribe constituyen los principales países y zonas, además de España, preferidos por los británicos para adquirir una segunda residencia. "La cercanía, el tiempo de viaje desde su lugar de origen y la preferencia por zonas costeras, continúan primando a la hora de elegir", apunta el estudio.
El resultado de la encuesta constata que el "actual clima político" ha "ralentizado dramáticamente" las nuevas adquisiciones. Además de la crisis financiera y la caída de los viajes internacionales y la industria turística, la "debilidad de la libra esterlina" es el otro factor que ha "impactado negativamente" en la actividad inversora en el exterior.
La depreciación de la divisa "ha provocado que las propiedades se encarezcan más de un tercio respecto a los precios previos a la crisis", indica el estudio.
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