Ángel Luna (PSOE) se quedó el vehículo que usaba cuando trabajó para Enrique Ortiz , según 'Abc'

ALICANTE.- A pesar de haber trabajado para el empresario Enrique Ortiz —salpicado tanto por el «caso Gürtel» como por el «caso Brugal» en la Comunidad Valenciana— como abogado cuando el PP lo desalojó de la Alcaldía de Alicante, el portavoz socialista en las Cortes valencianas, Ángel Luna, había convertido al constructor alicantino en uno de los blancos preferentes de sus críticas, centradas en explotar el «caso Gürtel».


Sin embargo, han empezado a aflorar informaciones que evidencian que la relación entre el socialista y el empresario iba más allá de la que les unió contractualmente durante tres años, incide hoy 'Abc'.

Así, Luna conduce actualmente un Audi A6 que pertenecía —hasta 2002— a la empresa Enrique Ortiz e Hijos, según consta en la documentación oficial a la que ha tenido acceso Abc. El vehículo pasó a ser propiedad de Luna en 2002, precisamente cuando dejó de trabajar para el constructor. Fue en el mes de octubre de ese mismo año, según consta en la citada documentación, cuando el actual portavoz socialista en las Cortes comenzó a figurar como titular del vehículo. No obstante, ya lo conducía cuando no era de su propiedad.

El socialista, que compareció para dar cuenta de sus relaciones con Ortiz, aseguró que el Audi A6 había sido adquirido mediante la fórmula de «leasing» por parte de la empresa, y que formaba parte de la flota de vehículos que ésta ponía a disposición de sus directivos. Según aseguró Luna, al finalizar su relación contractual con Enrique Ortiz e Hijos, pagó el vehículo que había estado utilizando desde 1999 para adquirirlo en propiedad.

Luna también tuvo que dar expliciones sobre una reforma acometida en su domicilio, cuya factura pagó el constructor alicantino. El portavoz socialista aseguró que había pagado el importe de la reforma (unas 700.000 pesetas), aunque no recordaba si «directa o indirectamente».

No obstante, el albañil que acometió la reforma explicó a Abc que presentó la factura a Ortiz, que era quien le había encargado el trabajo. Aunque el constructor ya lo había subcontratado antes, admitió que no era «habitual» que le pagase él la factura.