BRUSELAS.- Decenas de miles de personas se manifestaron el miércoles en Bruselas en un día de protestas en Europa contra las medidas de austeridad de los gobiernos, que los sindicatos dicen que retrasarán la recuperación y castigarán a los sectores más desfavorecidos.
En Bruselas, Lisboa, la capital portuguesa, y Oporto, en el norte del país, se realizaron masivas marchas, mientras que los sindicatos españoles convocaron una huelga general.
Los sindicatos convocaron a manifestaciones en otras 10 capitales europeas en contra de los recortes públicos y las reformas laborales y de pensiones, que pretenden frenar la crisis económica.
En Bruselas, los organizadores dijeron que lograron su objetivo de reunir a 100.000 personas en las calles, aunque la policía estimó que había 56.000 e informó que 218 personas fueron detenidas por disturbios menores.
Los sindicatos indicaron que 50.000 personas participaron en la marcha en Lisboa y 20.000 en Oporto. La policía portuguesa no dio estimaciones y la convocatoria en otras manifestaciones pareció ser mucho menor.
Según economistas, es improbable que las huelgas y movilizaciones lleven a algún Gobierno a abandonar las reformas estructurales y las medidas de ajuste.
"Creo que en este momento (las protestas) no son una gran amenaza", dijo David Lea, analista de Europa Occidental de la consultora Control Risks, a Reuters Insider televisión.
"Y creo que existe el reconocimiento de que muchas de estas medidas de austeridad simplemente van a ocurrir y no van a poder presionar a los gobiernos", agregó.
Los gobiernos europeos dicen que se han visto obligados a adoptar medidas de austeridad para evitar el peligro de una crisis de deuda soberana como la que sufrió Grecia, pero muchos trabajadores creen que están siendo castigados por unos problemas que no contribuyeron a crear.
"Entendemos que hay una crisis, pero se está utilizando como excusa para todo tipo de presión sobre empleados y trabajadores, y no para los grandes negocios", dijo Alexander Nikolov, que acudió a la manifestación en Bruselas desde Bulgaria.
En los últimos meses se han producido protestas en muchos países. El miércoles habían manifestaciones convocadas en Bruselas, Dublín, Lisboa, Roma, París, Riga, Varsovia, Nicosia, Bucarest, Praga, Vilna, Belgrado y Atenas.
La primera huelga general en España en ocho años, una protesta contra los recortes del gasto público y la reforma laboral que facilita los despidos, provocó cortes en el transporte y el cierre de algunas fábricas, un día antes de que el Gobierno socialista presentara su austero presupuesto en el Parlamento.
La medida de fuerza tuvo un impacto limitado debido a que muchos españoles se han resignado a la idea del ajuste para reducir el masivo déficit, aunque la tasa de desempleo se mantiene en un elevado 20 por ciento.
Alrededor de 1.000 trabajadores griegos participaron en una marcha en Atenas organizada por los principales sindicatos del país, pero la protesta fue menor a otras realizadas en los últimos meses, una de las cuales convocó a 50.000 personas en mayo.
Varios sindicatos menores convocaron a huelgas. Los médicos de los hospitales griegos hicieron una huelga de 24 horas y el transporte público se vio afectado.
En Varsovia, alrededor de 5.000 manifestantes, incluyendo mineros y trabajadores astilleros, marcharon hacia la oficina del primer ministro Donald Tusk gritando "No a los recortes del presupuesto" y "Sí a la protección del trabajo y el crecimiento económico".
"No deberían ser los trabajadores, que producen la riqueza de la nación, los que soporten las consecuencias de la crisis económica", dijo Ireneusz Wisniewski, miembro de un sindicato del noreste de Polonia.
En Eslovenia, en torno a la mitad de los trabajadores del sector público seguía en huelga por tercer día consecutivo en contra del congelamiento de los salarios, provocando cortes en las carreteras que cruzan la frontera con Croacia.
El crecimiento económico se ha reavivado en la Unión Europea en los últimos meses, que tiene una población de 500 millones de personas, y la Comisión Europea espera que la economía de la región crezca un 1,8 por ciento este año, tras una contracción del 4,2 por ciento en el 2009.
No obstante, el desempleo alcanza ya al 9,6 por ciento de la población activa de la UE, y se sitúa en el doble de esa tasa en España, Letonia y Estonia. En opinión de los sindicatos, los planes de austeridad limitarán la creación de empleo.
A los mercados financieros también les preocupa la posibilidad de que Irlanda y Portugal puedan soportar la carga de su deuda y la comisión desea sanciones más duras para los países que incumplan las normas presupuestarias.
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