MADRID.- La recta final del proceso de recapitalización de las cajas de ahorro españolas se complica con la adjudicación de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), que va a requerir una ingente cantidad de dinero público para convencer a los posibles compradores, y también con el debate sobre la necesidad de reforzar otra vez la banca ante la crisis de deuda y la amenaza de recesión. En este contexto tan hostil, todo apunta a que habrá una segunda oleada de fusiones cuando todavía ni siquiera ha culminado la primera. Y tampoco se puede descartar que en esta nueva etapa haya más intervenciones.
Todas las cifras empalidecen frente a lo que puede suponer reflotar la CAM, intervenida por el Banco de España el 22 de julio. La entidad alicantina es «un bicho muy grande y muy feo», que va a costar digerir, según advierte con sorna un ejecutivo de un conocido banco. El informe financiero del primer semestre, publicado esta semana, da una idea del agujero que esconde su balance debido a su exposición al 'ladrillo' y una pésima gestión marcada por la política, los dos grandes males del sector.
Hay que tener en cuenta que la CAM era una de las mayores entidades del país antes de que se iniciara la reestructuración, con más de 70.000 millones de euros en activos. Pues bien, según los datos conocidos estos días, sus préstamos a promotores se elevan a 12.677 millones de euros y de ellos más del 50% está en situación de impago. Este riesgo se dispara al 61% si se incluyen los créditos con alta probabilidad de entrar en mora. Y si se suma también el capítulo de las constructoras y las hipotecas a particulares de dudoso cobro, el agujero ligado al 'ladrillo' asciende a 8.800 millones. Todo eso a día de hoy, pues no hay duda de que en el futuro será mucho mayor.
No es lo único inquietante. La CAM debe, además, afrontar un calendario muy exigente de vencimientos de deuda. Unos 1.413 millones pendientes este año y casi 6.000 millones el siguiente. A todo ello hay que añadir una continua fuga de depósitos por la huida de clientes.
Nada más ser intervenida a finales de julio, el Banco de España tuvo que inyectar en la CAM 2.800 millones de euros de capital y abrirle una línea de liquidez de 3.000 millones de euros, de la que ya ha consumido 500.
Pese a estos números de vértigo, el regulador está decidido a resolver la subasta antes de las elecciones del 20 de noviembre. De hecho, querría adjudicarla a finales de octubre. Consciente de las dificultades que entraña encontrar comprador en las actuales circunstancias, está dispuesto a dar todo tipo de facilidades. Incluso ofrece que el FROB asuma todas las pérdidas que afloren en los próximos 10 años en los activos de riesgo. Hasta ahora, tanto en CajaSur como en Caja Castilla-La Mancha, el denominado Esquema de Protección de Activos (EPA) se limitaba a cubrir una cuantía fija. Con este cambio se extendería un cheque casi en blanco. En concreto, las primeras pérdidas se atenderían con las provisiones de la entidad. En un segundo tramo, hasta los 2.500 millones, el Fondo cargaría con el 80% y, a partir de ahí, con el 90%.
Pero puede que ni por esas. «No es solo el riesgo inmobiliario. Es que ahora, con los mercados de financiación cerrados y sin poder colocar ni un bono, a ver quién puede asumir los vencimientos pendientes», apunta una fuente del sector. Por eso se cree que las entidades medianas no tienen capacidad para acudir a la puja y está por ver si las grandes aceptan entrar y en qué condiciones. Santander, BBVA y La Caixa figurarán en la lista de los interesados que se debe cerrar este lunes, pero eso no les compromete a nada. Tan solo a estudiar la operación, y está claro que el Banco de España les ha instado a estar presentes en esta primera fase.
El asunto de la CAM suscita grandes incertidumbres. Para empezar, y dada la dimensión del problema, cabe preguntarse si el FROB tiene capacidad suficiente para afrontarlo. Dispone de unos recursos de 19.750 millones, pero ya tiene comprometidos más de 17.500, incluida la segunda ronda de recapitalizaciones. Es cierto que puede endeudarse más, aunque eso no es fácil para nadie ahora. «Tendemos a pensar que el Fondo es el primo de Zumosol que puede con todo, y no es así», advierte el consejero de una caja.
Otra cuestión es si van a surgir 'otras' CAM. Basta recordar que al cierre de esta etapa van a quedar tres grupos -NovacaixaGalicia, Catalunya Caixa y Unnim- en manos del FROB y con un horizonte complicado.
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