Entre enero y junio del actual ejercicio, el tejido productivo valenciano recibía una inyección desde el exterior de 2.268 millones, una cifra superior incluso a la de todo el año 2022 (2.036 millones de euros) y que rebasaba ampliamente los números de Cataluña, de apenas 824 millones, un 78% menos que en el mismo periodo del año anterior (3.924 millones).
Ni siquiera en 2017, en plena tormenta política en Cataluña con el procés, que culminó en el amago de declaración de independencia del 1 de octubre, se produjo un sorpaso similar. Aquel año, en el que decenas de empresas cambiaron de domicilio social desde las comarcas catalanas a Madrid y territorios vecinos y la inversión extranjera se desplomó un 58,66%, la Comunidad Valenciana no apareció ganadora en la estadística: 6.866 millones en Cataluña frente a 2.414 en la Comunidad Valenciana, que creció un 592,7%.
El Ministerio de Economía no publica los datos de las operaciones corporativas que se realizan. Pero una de ellas destacó especialmente. El 21 de diciembre de 2022, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) autorizó definitivamente, con algunas condiciones, la compra por parte del fondo estadounidense KKR del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) a sus fundadores y accionistas, parte de ellos los también americanos de las clínicas RMA, fusionadas con el IVI, una multinacional con base en Valencia y presencia en varios países.
Fue una operación multimillonaria, con la empresa valorada en 3.000 millones de euros, según se difundió por sus protagonistas. En concreto, la huella del Registro de Inversiones Datainvex de la Secretaría de Estado de Comercio refleja una inversión exterior de 2.032 millones de euros en la Comunidad Valenciana solamente en el primer trimestre del año, para después regresar a cifras mucho más moderadas en el segundo trimestre, 235,8 millones de euros.
La cifra valenciana se entiende mucho mejor con el cambio de manos del IVI. La autonomía registró en 2022 una cifra de inversión exterior 2.036 millones de euros, casi lo mismo en todo un año que en el primer trimestre del actual.
La media anual entre 2018 y 2022 es de mil millones de euros de inversión, sin contar a las llamadas Entidades de Tenencia de Valores Extranjeros (ETVE), bastante lejos de la media catalana, 3.673 millones, el segundo destino español en los últimos cuatro años por detrás de la Comunidad de Madrid, con 24.0312 millones de euros de media y muy destacada por encima del resto de territorios.
Solo en el primer semestre del presente año, Madrid acumuló 7.579 millones de inversión exterior bruta, el 63,2% del total del país.
Fuentes de la Conselleria de Innovación e Industria de la Generalitat valenciana creen que es pronto para sacar conclusiones. Los servicios de estudios apuntan más bien a un brote estadístico en el que la operación del KKR con el IVI tiene mucha influencia.
Es cierto que la Comunidad Valenciana ha vivido en los últimos años la entrada de fondos de inversión extranjeros en una parte importante de sus sectores productivos, desde el segmento del azulejo (la mexicana Lamosa acaba de cerrar la compra de Baldocer por 425 millones, aunque todavía no ha completado el pago) hasta el agroalimentario. Pero sin el cheque neoyorquino las cifras hubieran sido otras. No cambia de manos IVI todos los semestres.
Desde el área de Internacional de la Cámara de Comercio de Valencia se apunta también al arranque del efecto Volkswagen y su gigafactoría de baterías para coches eléctricos en Sagunto.
"Eliminando las grandes inversiones que se han realizado (en referencia a IVI), la inversión extranjera en general tiene una tendencia al alza en la Comunidad Valenciana. La llegada de Volkswagen va a tener un efecto arrastre en sus proveedores, igual que ocurrió con Ford en su momento", indican.
"Madrid y Cataluña tienden a acumular el 80% de inversión extranjera en España. Pero la Comunidad Valenciana se está posicionando como alternativa a Cataluña", añaden.
La multinacional alemana del automóvil adquirió este año a la sociedad mixta Sepes/Generalitat por 63 millones de euros los terrenos para ubicar la fábrica. La inversión en la obra ha comenzado, pero no ha cogido todavía velocidad de crucero.
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