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domingo, 25 de marzo de 2007
Los 27 aprueban la "Declaración de Berlín" en el 50 aniversario del Tratado de Roma
BERLÍN.-Los 27 jefes de estado o de Gobierno de la Unión Europea han aprobado hoy la llamada "Declaración de Berlín" sobre los valores, principios, metas y objetivos de la Unión Europea con motivo del 50 aniversario de la firma del Tratado de Roma, que dio pie al nacimiento de la UE.
Al término de un acto solemne en el Museo Histórico Alemán, la canciller germana, Angela Merkel, como presidenta de turno de la UE, el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, y el presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Pöttering, han firmado el documento de dos folios en nombre de todos los presentes.
En su intervención ante los presentes, Merkel citó la declaración al insistir en que a los socios de la Unión les une la meta de renovar los fundamentos comunes de la UE antes de los comicios europeos de 2009 y subrayó su compromiso de que la ruta para ese objetivo se defina antes del fin de la presidencia de turno alemana.
A lo largo de un discurso muy personal y no falto de notas de humor, Merkel afirmó que "la Unión Europea necesita más y más claras competencias que ahora: para la política energética, Exterior Interior y de Justicia. Debe definir claramente cuales son las competencias de los Estados miembros y cuales las de la comunidad".
"Debe concentrarse en lo esencial y siempre que sea posible salvaguardar las características nacionales de los países miembros.
Debe asegurarse de que sus instituciones funcionen de manera eficiente, democrática y verificable también con 27 y más Estados miembros. Hay demasiado en juego", agregó.
Reconoció que "quien esperaba que a los 50 años del Tratado de Roma contásemos con una constitución se verá decepcionado. Pero también es cierto: quien espera que Europa es consciente de que necesita reforzar su constitución interna, a esos les indicará el camino nuestra Declaración de Berlín. Porque sabemos que debemos seguir adaptando la estructura política de europa a los tiempos".
Angela Merkel subrayó su "empeño en que hasta el fin de la presidencia de turno alemana se redacte un plan de ruta con ese objetivo y cuento para ello con su apoyo. Estoy convencida: no solo es de interés para Europa, sino para cada país miembro y nosotros sus ciudadanos que tenga éxito".
"Un fracaso sería una negligencia histórica. Lo que decidamos tendrá efectos a largo plazo, para bien y para mal", dijo la canciller germana, quien comentó también que continuará apostando por su estrecha y amistosa relación transatlántica y una Alianza Atlántica fuerte.
Sin embargo subrayó que "igualmente necesitamos una amplia y estratégica sociedad con Rusia. La sociedad estratégica con Rusia y la alianza transatlántica no son contradictorias, sino necesaria complementación".
Además de recordar su pasado como ciudadana de la extinta República Democrática Alemana (RDA), donde vivió personalmente la división alemana y continental, lo que le hace valorar aún más el significado de la UE, Merkel destacó que la tolerancia es el valor común de los europeos.
"Hemos necesitado siglos para aprenderlo. En el camino hacia la tolerancia tuvimos que padecer catástrofes. Nos perseguimos y masacramos unos a otros. Destruimos nuestra patria. Amenazamos lo que nos es sagrado. La peor época de odio y destrucción no se encuentra más que a la distancia de la vida de un hombre", dijo.
Finalmente comentó que "tras todas las guerras y un sufrimiento interminable ha surgido algo grandioso. Nosotros los ciudadanos de Europa nos encontramos afortunadamente unidos. Europa en nuestro futuro común. Este era un sueño de generaciones. Nuestra historia nos advierte de que debemos proteger esta fortuna para futuras generaciones".
Al compromiso de renovar los cimientos de la UE en un plazo de dos años se refirieron también en sus intervenciones Barroso y Pottering, así como el primer ministro italiano, Romano Prodi, el único jefe de gobierno que ha intervenido por ser su país el lugar en el que oficialmente nació lo que hoy es la Unión.
La ceremonia se cerró con la interpretación del himno europeo, la Oda a la Alegría de la Novena Sinfonía compuesta en 1823 por Ludwig van Beethoven. Los líderes europeos participaron a continuación en un almuerzo de trabajo durante el cual discutieron sobre el papel de Europa en el mundo.
El texto enumera los desafíos que la UE tiene que afrontar unida en el futuro, a los que se ha añadido en el último minuto la lucha contra la inmigración ilegal.- (Agencias)
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