ALICANTE.- Último o penúltimo golpe al zaplanismo en Alicante. El PP ha dejado de ser la balsa tranquila en la que las unanimidades y mayores se imponían. Los populares celebran hoy su XII Congreso provincial abierto en canal, según publicaba "El País".
Dos facciones, una liderada por el actual presidente provincial, José Joaquín Ripoll, que agrupa al sector que históricamente se ha identificado con el ex presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, y otra encabezada por el alcalde de Benidorm, Manuel Pérez Fenoll, que aglutina a los campistas, se disputan el liderazgo en una asamblea en la que Ripoll parte con ventaja, pero que todas las fuentes coinciden en señalar que puede deparar alguna sorpresa. Ripoll hace cuatro años en Altea logró el 83% de los votos, algo inalcanzable ahora.
Pero lo que distingue a este cónclave de los anteriores es la virulencia de la confrontación en el precongreso que, en algunos casos, ha superado la discrepancia política para convertirse en enfrentamiento personal que afecta a las instituciones, y en especial a la Diputación de Alicante, donde de los 18 diputados del PP siete cuestionan a Ripoll.
En el último pleno, esos diputados desautorizaron el acuerdo del presidente con los socialistas presentando un texto alternativo. Los diputados "infieles" al zaplanismo, en especial Sebastián Fernández, de Turismo y Bernabé Cano, de Deportes, han visto como su presupuesto y protagonismo se reducía.
Esta tensión entre zaplanistas y campistas preocupa de manera notable a militantes cualificados del PP convencidos como están de que las heridas abiertas durante el proceso precongresual no se cerrarán hoy en Orihuela: "Van a durar mucho tiempo. Ya hay rencores personales", aseguran.
Estas fuentes se muestran muy críticas con el papel desarrollado por el secretario general del PP regional, Ricardo Costa. "Ha actuado con muy poco cerebro. A Joaquín había que darle una salida. No arrinconarlo". La posición de Francisco Camps, añade un veterano cargo del PP, ha quedado comprometida. "Es poco creíble que Pérez Fenoll se atreva a presentarse sin el respaldo del presidente, que ahora no tiene ninguna capacidad de mediación", añaden.
De hecho, la candidatura de Pérez Fenoll se fraguó el fin de semana del Congreso Regional del PP de Valencia en el que Francisco Camps fue aclamado como líder con una aplastante mayoría. Al día siguiente, Pérez Fenoll confesó públicamente que "meditaba" presentarse y dar la batalla a Ripoll del que cuestiona "las formas y maneras" con las que ha dirigido el PP durante los últimos años.
El presidente provincial se muestra "dolido" porque recuerda que fue uno de los primeros en comprometer públicamente su apoyo a Camps, y que dejó sin obstáculos que Sonia Castedo llegara a la alcaldía de Alicante en sustitución de Luis Díaz Alperi. "Actuamos con responsabilidad y lealtad, y ellos [los de Valencia] montan este circo", admite una fuente zaplanista.
Otros dirigentes de este partido opinan que toda esta bronca era "innecesaria". Recuerdan que en el último congreso regional del PP, Ripoll apoyó la candidatura de Camps a la presidencia sin fisuras y que lo políticamente inteligente hubiera sido hablar con el presidente de la Diputación para "darle una salida".
¿Por qué, pues, no se hizo? Estas fuentes señalan al ex presidente de las Cortes Valencianas, Julio de España, como uno de los principales responsables de la confrontación. "De España le aseguró a Camps que le iba a servir en bandeja de plata la ciudad de Alicante, que iba a ganar sin problemas. Él es responsable en gran medida de lo que está ocurriendo. De España se equivocó y fracasó en Alicante".
Pero los orígenes de esta confrontación (no se recuerda una tan grave desde la época de la extinta Alianza Popular) nunca están claros, como acostumbra a ocurrir en las disputas internas partidistas. Desde el sector campista se le echa en cara a Ripoll la utilización sectaria de su cargo como presidente de la Diputación, favoreciendo a los alcaldes del PP que le apoyaban en sus aspiraciones orgánicas y discriminando a los municipios afines a Camps.
Las acusaciones son graves porque se le responsabiliza de estar detrás de las filtraciones que destaparon que el ex alcalde de La Vila Joiosa, José Miguel Llorca, había ejercido como médico sin tener el título o que la actual alcaldesa de Dénia, Ana Kringe, hubiera ocupado un cargo en el Patronato Provincial de Turismo sin la cualificación académica necesaria.
Recientemente, la alcaldesa de Elda y ex secretaria regional del PP, Adela Pedrosa, utilizaba a una concejal independiente, ex militante del PP, para acusar a Ripoll de haber apoyado y financiado una candidatura municipal para que no lograra la mayoría absoluta.
La dirección nacional del PP en Madrid ha encargado a Valencia investigar esta acusación, que los zaplanistas tildan de "indignas". Además, los campistas han presionado notablemente para trasladar el mensaje de que votar a Ripoll era hacerlo contra Camps.
El último pulso se vivió el viernes pasado cuando Camps, en una clara demostración de fuerza, reunió al pleno del Consell en Alicante para aprobar millonarios proyectos que benefician a los municipios de Alicante, y exhibir su poder presupuestario al anunciar 833 millones en inversiones para el 2009, de los que excluye a los alcaldes zaplanistas (Alcoi, Orihuela o Villena).
En esta bronca el presidente de la Diputación de Alicante ha reaccionado responsabilizando a la dirección regional de injerencia. Ripoll llegó a decir en público que "se ha despertado la fiera y eso puede repercutir en la estabilidad del PP".
En una campaña de defensa de la autonomía provincial que ha recordado al "¡Puta Valencia!", que en la cremà se escucha en Alicante, Ripoll se ha presentado como el valedor de los intereses de la provincia frente al centralismo valenciano.
Su discurso populista y antivalenciano ha encontrado un notable apoyo entre los militantes. Sin embargo, pese a que el tema estuvo encima de la mesa, Ripoll se opuso a la hipótesis de crear un partido alicantinista al margen del PP en caso de perder el congreso.
La bronca del PP
- Campistas contra Ripoll. El alcalde de La Nucia, Bernabé Cano, y diputado de Deportes acusó a Ripoll de gobernar "de manera dictarorial" y de "perjudicar, maltratar y marginar" a los alcaldes afines a Camps. El alcalde de Benidorm, Manuel Pérez Fenoll, exigió la dimisión de Gema Amor, presidenta local del PP, al obtener el 67% de los votos en la elección de delegados al congreso del PP.
- Zaplanistas contra campistas. Gema Amor, presidenta del PP en Benidorm, acusó a Camps de "provocar una guerra entre hermanos" al imponer a Pérez Fenoll como candidato "cuando todo estaba tranquilo". Amor llegó a cuestinar la política de grandes eventos del Consell ya que son "acontecimientos etéreos y pasajeros". Macarena Montesinos tildó de "ruin, bajo y necio" las acusaciones de los campistas de que Ripoll pretende crear un nuevo partido cantonalista en Alicante.
- El Congreso en cifras. 1. 146 compromisarios del PP se reúnen hoy en el Teatro Circo de Orihuela para votar a uno de los dos aspirantes a la dirección del PP.
- Radiofrafía del PP. En cuatro años ha pasado de 32.000 y 53.000 militantes, gobierna en 91 alcaldías de los 141 munipios de Alicante y consiguieron un respaldo del 53% de los votos.
Pero lo que distingue a este cónclave de los anteriores es la virulencia de la confrontación en el precongreso que, en algunos casos, ha superado la discrepancia política para convertirse en enfrentamiento personal que afecta a las instituciones, y en especial a la Diputación de Alicante, donde de los 18 diputados del PP siete cuestionan a Ripoll.
En el último pleno, esos diputados desautorizaron el acuerdo del presidente con los socialistas presentando un texto alternativo. Los diputados "infieles" al zaplanismo, en especial Sebastián Fernández, de Turismo y Bernabé Cano, de Deportes, han visto como su presupuesto y protagonismo se reducía.
Esta tensión entre zaplanistas y campistas preocupa de manera notable a militantes cualificados del PP convencidos como están de que las heridas abiertas durante el proceso precongresual no se cerrarán hoy en Orihuela: "Van a durar mucho tiempo. Ya hay rencores personales", aseguran.
Estas fuentes se muestran muy críticas con el papel desarrollado por el secretario general del PP regional, Ricardo Costa. "Ha actuado con muy poco cerebro. A Joaquín había que darle una salida. No arrinconarlo". La posición de Francisco Camps, añade un veterano cargo del PP, ha quedado comprometida. "Es poco creíble que Pérez Fenoll se atreva a presentarse sin el respaldo del presidente, que ahora no tiene ninguna capacidad de mediación", añaden.
De hecho, la candidatura de Pérez Fenoll se fraguó el fin de semana del Congreso Regional del PP de Valencia en el que Francisco Camps fue aclamado como líder con una aplastante mayoría. Al día siguiente, Pérez Fenoll confesó públicamente que "meditaba" presentarse y dar la batalla a Ripoll del que cuestiona "las formas y maneras" con las que ha dirigido el PP durante los últimos años.
El presidente provincial se muestra "dolido" porque recuerda que fue uno de los primeros en comprometer públicamente su apoyo a Camps, y que dejó sin obstáculos que Sonia Castedo llegara a la alcaldía de Alicante en sustitución de Luis Díaz Alperi. "Actuamos con responsabilidad y lealtad, y ellos [los de Valencia] montan este circo", admite una fuente zaplanista.
Otros dirigentes de este partido opinan que toda esta bronca era "innecesaria". Recuerdan que en el último congreso regional del PP, Ripoll apoyó la candidatura de Camps a la presidencia sin fisuras y que lo políticamente inteligente hubiera sido hablar con el presidente de la Diputación para "darle una salida".
¿Por qué, pues, no se hizo? Estas fuentes señalan al ex presidente de las Cortes Valencianas, Julio de España, como uno de los principales responsables de la confrontación. "De España le aseguró a Camps que le iba a servir en bandeja de plata la ciudad de Alicante, que iba a ganar sin problemas. Él es responsable en gran medida de lo que está ocurriendo. De España se equivocó y fracasó en Alicante".
Pero los orígenes de esta confrontación (no se recuerda una tan grave desde la época de la extinta Alianza Popular) nunca están claros, como acostumbra a ocurrir en las disputas internas partidistas. Desde el sector campista se le echa en cara a Ripoll la utilización sectaria de su cargo como presidente de la Diputación, favoreciendo a los alcaldes del PP que le apoyaban en sus aspiraciones orgánicas y discriminando a los municipios afines a Camps.
Las acusaciones son graves porque se le responsabiliza de estar detrás de las filtraciones que destaparon que el ex alcalde de La Vila Joiosa, José Miguel Llorca, había ejercido como médico sin tener el título o que la actual alcaldesa de Dénia, Ana Kringe, hubiera ocupado un cargo en el Patronato Provincial de Turismo sin la cualificación académica necesaria.
Recientemente, la alcaldesa de Elda y ex secretaria regional del PP, Adela Pedrosa, utilizaba a una concejal independiente, ex militante del PP, para acusar a Ripoll de haber apoyado y financiado una candidatura municipal para que no lograra la mayoría absoluta.
La dirección nacional del PP en Madrid ha encargado a Valencia investigar esta acusación, que los zaplanistas tildan de "indignas". Además, los campistas han presionado notablemente para trasladar el mensaje de que votar a Ripoll era hacerlo contra Camps.
El último pulso se vivió el viernes pasado cuando Camps, en una clara demostración de fuerza, reunió al pleno del Consell en Alicante para aprobar millonarios proyectos que benefician a los municipios de Alicante, y exhibir su poder presupuestario al anunciar 833 millones en inversiones para el 2009, de los que excluye a los alcaldes zaplanistas (Alcoi, Orihuela o Villena).
En esta bronca el presidente de la Diputación de Alicante ha reaccionado responsabilizando a la dirección regional de injerencia. Ripoll llegó a decir en público que "se ha despertado la fiera y eso puede repercutir en la estabilidad del PP".
En una campaña de defensa de la autonomía provincial que ha recordado al "¡Puta Valencia!", que en la cremà se escucha en Alicante, Ripoll se ha presentado como el valedor de los intereses de la provincia frente al centralismo valenciano.
Su discurso populista y antivalenciano ha encontrado un notable apoyo entre los militantes. Sin embargo, pese a que el tema estuvo encima de la mesa, Ripoll se opuso a la hipótesis de crear un partido alicantinista al margen del PP en caso de perder el congreso.
La bronca del PP
- Campistas contra Ripoll. El alcalde de La Nucia, Bernabé Cano, y diputado de Deportes acusó a Ripoll de gobernar "de manera dictarorial" y de "perjudicar, maltratar y marginar" a los alcaldes afines a Camps. El alcalde de Benidorm, Manuel Pérez Fenoll, exigió la dimisión de Gema Amor, presidenta local del PP, al obtener el 67% de los votos en la elección de delegados al congreso del PP.
- Zaplanistas contra campistas. Gema Amor, presidenta del PP en Benidorm, acusó a Camps de "provocar una guerra entre hermanos" al imponer a Pérez Fenoll como candidato "cuando todo estaba tranquilo". Amor llegó a cuestinar la política de grandes eventos del Consell ya que son "acontecimientos etéreos y pasajeros". Macarena Montesinos tildó de "ruin, bajo y necio" las acusaciones de los campistas de que Ripoll pretende crear un nuevo partido cantonalista en Alicante.
- El Congreso en cifras. 1. 146 compromisarios del PP se reúnen hoy en el Teatro Circo de Orihuela para votar a uno de los dos aspirantes a la dirección del PP.
- Radiofrafía del PP. En cuatro años ha pasado de 32.000 y 53.000 militantes, gobierna en 91 alcaldías de los 141 munipios de Alicante y consiguieron un respaldo del 53% de los votos.
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