MADRID.- Casi dos de cada cinco españoles (17%) rechazará este verano la playa como destino turístico debido a su mal estado y degradación. La mala situación del litoral dirigirá el turismo de sol y playa hacia zonas de montaña o culturales, según revela el ‘Estudio Coronita Save the Beach’ que estudia las condiciones de las playas europeas, y en el que se han entrevistado a más de 3.500 europeos, de ellos 850 españoles.
A pesar de que la costa española es la segunda más valorada en todo Europa (sólo la supera Francia por un punto) son los propios españoles los que se muestran ‘más defraudados’ con el mal estado de sus playas y, por ello, son los más reacios a volver a visitarlas tras una mala experiencia. Lo que más les molesta encontrar son jeringuillas (91 por ciento), chapapote (86 por ciento) o preservativos (84 por ciento).
Los españoles valoran como elementos muy graves para sus playas el alquitrán o los vertidos (79 por ciento) y la basura inorgánica, como colillas o envases (76 por ciento). Sin embargo, ven con mejores ojos factores como la construcción, la excesiva población de la costa o, incluso, el cambio climático, que sólo preocupa a uno de cada tres entrevistados.
‘Esto demuestra que el hombre es el principal enemigo de la playa’, destacó la ecologista y nieta del legendario oceonógrafo Jacques Cousteau, Alexandra Cousteau, encargada de presentar el estudio.
Tampoco, los polémicos chiringuitos suponen una amenaza para las playas para la mitad de los españoles, ya que no creen que afecte ‘casi nada’ a su entorno, y consideran que las medusas o las algas lo hacen más.
Otro dato relevante que diferencia a España del resto de países es que posee el mayor porcentaje de individuos, un 64 por ciento, que reconoce arrojar colillas al agua, y además, casi la mitad de los entrevistados admite haber utilizado el mar como retrete, y un 40 por ciento tira los envases o envoltorios a la playa.
‘La indiferencia humana es la peor amenaza para las playas’, aseveró Cousteau, informando que dos de cada tres españoles no ven que su propio comportamiento en la playa sea respetuoso.
A pesar de que la costa española es la segunda más valorada en todo Europa (sólo la supera Francia por un punto) son los propios españoles los que se muestran ‘más defraudados’ con el mal estado de sus playas y, por ello, son los más reacios a volver a visitarlas tras una mala experiencia. Lo que más les molesta encontrar son jeringuillas (91 por ciento), chapapote (86 por ciento) o preservativos (84 por ciento).
Los españoles valoran como elementos muy graves para sus playas el alquitrán o los vertidos (79 por ciento) y la basura inorgánica, como colillas o envases (76 por ciento). Sin embargo, ven con mejores ojos factores como la construcción, la excesiva población de la costa o, incluso, el cambio climático, que sólo preocupa a uno de cada tres entrevistados.
‘Esto demuestra que el hombre es el principal enemigo de la playa’, destacó la ecologista y nieta del legendario oceonógrafo Jacques Cousteau, Alexandra Cousteau, encargada de presentar el estudio.
Tampoco, los polémicos chiringuitos suponen una amenaza para las playas para la mitad de los españoles, ya que no creen que afecte ‘casi nada’ a su entorno, y consideran que las medusas o las algas lo hacen más.
Otro dato relevante que diferencia a España del resto de países es que posee el mayor porcentaje de individuos, un 64 por ciento, que reconoce arrojar colillas al agua, y además, casi la mitad de los entrevistados admite haber utilizado el mar como retrete, y un 40 por ciento tira los envases o envoltorios a la playa.
‘La indiferencia humana es la peor amenaza para las playas’, aseveró Cousteau, informando que dos de cada tres españoles no ven que su propio comportamiento en la playa sea respetuoso.
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