La corrida de Fuente Ymbro fue una escalera en su presentación. Una corrida ‘bonita', que diría más de uno. O lo que es lo mismo, sin imponer lo más mínimo. Sin presencia. Vale que Alicante sea una feria ‘amable' pero si este es listón para lo que resta de semana, apañados vamos. Sobre todo, porque los toros de Gallardo eran uno de los puntales ganaderos del ciclo. Y ni presentación... ni bravura.
Con todo ello, El Fandi se llevó la tarde. Primero, cortando las dos orejas al único toro que le dio posibilidadess, lidiado en segundo lugar. Apenas había tenido opciones Finito con el manso que abrió plaza, cuando el granadino dio la vuelta a la tortilla y se metió al público en el bolsillo. En cuestión de segundos gracias a dos largas cambiadas, las verónicas, las chicuelinas y la media, rodilla en tierra. Sin olvidar el galleo para meter al toro al caballo ni su entrega en banderillas, en tres pares de plena conexión con los tendidos.
Esa misma decisión la mantuvo en la muleta. Comenzando rodilla en tierra, para acoplarse mejor en dos series por el derecho, más templadas y con cierto gusto. En esos momentos, el toro ya acusó todo el desgaste de los primeros tercios. Al natural no hubo ese acople, por lo que volvió a poner toda la fibra para evitar que bajara el nivel de la faena. Algo que logró antes de dejar una estocada entera tendida y tener que hacer uso del descabello. Premio a la disposición.
El quinto tuvo diferente condición. Porque aunque se movió con transmisión, lo hizo sin apenas clase. Un Fuente Ymbro que se vino arriba tras el tercio de banderillas, donde buscaba acularse en tablas. Pero que al menos repitió en la muleta. El Fandi lo intentó y aunque en momentos se le vio algo acelerado, logró a base de tapar al toro, algún muletazo meritorio. Otra oreja, que falló con los aceros.
Esta corrida suponía el primer ‘puerto de montaña' para Perera en una semana y media que se le presenta frenética. Diez corridas en sólo doce días, cruzándose casi toda España, de punta en punta. Es complicado mantener la frescura. El extremeño cortó una oreja del sexto, un remiendo de Valverde que sustituyó a un Fuente Ymbro que quedó descoordinado de los cuartos traseros.
Con él, Miguel Ángel realizó una faena de menos a más. El toro repitió, aunque sin excesiva clase, en los primeros compases de su labor, pero buscando siempre la salida. Sólo cuando logró llevarlo tapado, de mitad de faena en adelante, el extremeño se encontró a gusto. En terrenos de cercanías, con el toro más parado. Toreando en redondo. Mató de una estocada de efectos fulminantes para pasear una oreja con leve petición de la segunda.
Anteriormente, Perera se había estrellado con uno de los toros más feos de todo el encierro. Bajo y demasiado pobre de pitones. Paupérrimo más bien. Un Fuente Ymbro que hizo extraños en los capotes y que embestía cruzado. Tras un picotazo, el de la Puebla de Prior lo comenzó a torear como si el toro fuera bueno. Pero tras la primera serie, pulseando la embestida, el animal se rajó. Y al natural, se le coló hasta en dos ocasiones. Tres pinchazos y ahí quedó todo.
Finito de Córdoba tan sólo regaló un buen ramillete de verónicas a su segundo. Su lote, desrazado y manso, no colaboró en exceso y él tampoco terminó por apostar. Con su primero abrevió y aunque intentó justificarse con el desesperante cuarto, alargó innecesariamente su faena.
Ficha de la primera de Hogueras
Cinco toros de Fuente Ymbro, desiguales de presentación y cómodos y muy terciados de presencia por cornicortos. Un sobrero (6º) de Salvador Valverde. 1º manso, 2º manejable, 3º y 4º desrazados, 5º con transmisión pero brusco, 6º manejable aunque a menos.
Finito de Córdoba, leves pitos tras aviso y silencio.
El Fandi, dos orejas tras aviso y oreja.
Miguel Ángel Perera, silencio tras aviso y oreja.
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