LONDRES.- La desigualdad sanitaria en Europa está
provocando enormes costos sociales y económicos a la región, por lo que
el progreso hacia la reducción de estas desigualdades debe ser uno de
los principales criterios para evaluar la eficacia de los sistemas de
salud y los gobiernos en su conjunto, según un artículo publicado en
'The Lancet'.
La revisión advierte que, a pesar de los recientes avances en la
reducción de las desigualdades en salud en muchos países europeos, las
disparidades siguen siendo importantes - tanto entre países como dentro
de ellos - y que, en el contexto de la actual crisis económica, se debe
actuar con urgencia para que estas desigualdades no empeoren.
Si bien varios países de Europa disfrutan de algunos de los
mejores y más equitativos servicios sanitarios del mundo, otros países
de la región tienen aún un largo camino por recorrer antes de que la
salud de sus ciudadanos alcance el nivel de las de los países con
mejores sistemas sanitarios. Por otra parte, todos los países europeos
experimentan algún grado de desigualdad dentro de la población, y la
nueva revisión proporciona un conjunto de recomendaciones sobre
prácticas políticas que, de aplicarse, permitirían a todos los países
europeos mejorar su progreso hacia la igualdad sanitaria,
independientemente de su estado actual o de sus ingresos.
Según el autor principal Sir Michael Marmot, del Instituto de
Equidad Sanitaria de Londres, "la adopción de medidas para reducir las
desigualdades en los determinantes sociales de la salud mejoraría las
perspectivas de salud y aportaría mayores beneficios sociales y
políticos que permitan a las personas alcanzar sus capacidades. La
desigualdad sanitaria tiene que ser uno de los principales criterios
para evaluar la eficacia de los sistemas sanitarios de los países, y la
efectividad del gobierno en su conjunto".
Importante para las recomendaciones políticas del informe es el
hecho de que la salud está determinada, en gran medida, por factores
sociales tales como los sistemas de empleo, educación y bienestar y, por
tanto, las desigualdades sanitarias no se pueden reducir al centrarse
exclusivamente en la prestación de atención para la salud en el sentido
tradicional.
"Es necesario actuar sobre las desigualdades en todo el conjunto
de gobierno, que claramente tienen un papel importante en asegurar el
acceso a servicios de salud de alta calidad", señala Sir Marmot.
La revisión fue encargada por la Oficina Regional Europea de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) con el fin de proporcionar una
base de pruebas para su estrategia de Salud 2020, que tiene como
objetivo proporcionar un marco político, administrativo y científico
para que todos los 53 países de la Región Europea de la OMS lleven a
cabo acciones en los factores sociales que determinan la salud.
En un comentario vinculado, Zsuzsanna Jakab, directora Regional
para Europa de la OMS, afirma que "las desigualdades sanitarias
persistentes y generalizadas se producen en todo el territorio europeo
de la OMS".
"La salud como un recurso clave y único para el desarrollo humano y
social, sin duda, ha mejorado en general; sin embargo, las
desigualdades siguen siendo sustanciales para la salud, y están
empeorando. Estas desigualdades son innecesarias e injustas y
combatirlas debe ser una prioridad en todos los niveles de gobierno en
la Región Europea de la OMS. Lo que se necesita ahora es liderazgo,
nuevas formas de gobierno, enfoques sociales y capacidad para la
implementación de soluciones que puedan marcar una diferencia",
concluye.
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