Medel explicó que la demanda de crédito puede agruparse en varios apartados: los créditos que piden las familias y que son distintos del crédito para comprar una vivienda, los créditos que piden las empresas distintas a las promotoras inmobiliarias y todos los préstamos vinculados al sector inmobiliario (aquí se engloban los que piden los promotores para construir y los que piden los particulares para comprar vivienda).
"En todas esas categorías hay una caída de la demanda muy fuerte", según aseveró Medel, que agregó que el particular "que reúna las condiciones de mínima solvencia" y que acuda a una entidad financiera a pedir un crédito para una vivienda, "no sólo es un cliente que se suele atender, sino que es un cliente buscado y deseado, porque tenemos que seguir viviendo a pesar de la situación económica".
En cuanto a las empresas diferentes a las promotoras inmobiliarias, indicó que hay más peticiones de refinanciación que de nueva financiación. En este sentido, reconoció que las condiciones de refinanciación "se han endurecido" alegando que los préstamos son más caros porque "el dinero nos cuesta más" y que las condiciones de solvencia "son, quizás, algo más rigurosas que antes".
En alusión a la oferta, Medel consideró que algunas entidades pueden haberla restringido "a pesar de tener demanda solvente" porque "ha habido y algunas siguen teniendo problemas de liquidez".
Además, una entidad financiera "tiene que prestar creyendo que financia un proyecto o a una persona solvente" porque "muchas familias nos tienen confiados los ahorros de toda una vida" y, por tanto, "no se puede prestar sin tener la confianza de que se está haciendo un buen uso de esos caudales".
Finalmente, tildó de "contradicción" el hecho de que "a la banca se le esté diciendo que en el pasado reciente ha prestado alegremente" y que, al mismo tiempo, se insista en que no se presta y se insinúe que "relaje los criterios que, en cualquier caso, una entidad financiera debe tener".
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