El nuevo macroministerio de Elena Espinosa no es, desde luego, lo que era el de la denostada Narbona. Tanto han cambiado las cosas que el que fuera mano derecha de la actual embajadora ante la OCDE, el secretario de Estado de Medio Rural y Agua, Josep Puxeu, también ha llegado a admitir recientemente la posibilidad de los trasvases entre cuencas, eso sí, con las socorridas coletillas de “en determinadas circunstancias”, “si hay consenso”, etcétera.
Cuatro años después, el del Tajo-Segura se lo quieren cargar el presidente socialista de Castilla-La Mancha, José María Barreda, apoyado sin rodeos por la jefa regional y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal.
A estos últimos se oponen los mismos que defendieron el Trasvase del Ebro, los presidentes populares de Valencia, Francisco Camps, y de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, a quienes se han sumado entusiásticamente los socialistas de sus respectivas regiones, aunque evitan mencionar “lo del Ebro” y, por supuesto, lo que dice el programa electoral socialista y la Directiva Marco de Agua de la Unión europea.
Salidas de tono 'heroicas' Las últimas semanas, aparte de salidas de tono parlamentarias como la heroica de los dos diputados murcianos que rompieron la disciplina de voto en el Congreso sobre la toma en consideración del nuevo Estatuto castellanomanchego, han deparado sorpresas.
La mayor ha sido la ofrecida por el presidente socialista de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, a punto de ser elevado a los altares en la misma Murcia popular por haber poco menos que ofrecido agua a raudales gracias a un gran canal desde el Tajo Medio hasta el Segura, enlazando con el actual Trasvase Tajo-Segura a la altura de La Roda (Albacete).
El secretario general socialista murciano, Pedro Saura, que ha conseguido en las últimas cuatro elecciones no mejorar ni un punto porcentual sobre lo obtenido por su partido en los últimos quince años, se ha sumado entusiásticamente a la idea extremeña y ya se ha hecho unas cuantas fotos con el sucesor de Juan Carlos Rodríguez Ibarra para demostrarlo y para intentar encontrar alternativa al devastador efecto electoral del famoso Agua para Todos del PP.
Desde su despacho parisiense en la OCDE, la ex ministra Narbona debe observar, atónita, que incluso hay quien da, u ofrece, más. Así el presidente murciano, Valcárcel, en medio de esta vorágine, acaba de descolgarse, con gran visión de futuro, con una propuesta de trasvasar agua desde el Ródano hasta el Ebro y de ahí al Segura, claro. Incluso afirmó en una gran entrevista en el diario La Verdad que el ejecutivo murciano está “hablando con los franceses” al efecto.
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