ALICANTE.- El suelo ha pasado en poco más de un año en Alicante de ser un activo muy demandado a un producto sin apenas compradores. El desplome inmobiliario, debido al bloqueo de la venta de viviendas, y agravado por la crisis financiera general, pone contra las cuerdas a un sector del que viven directa e indirectamente decenas de miles de familias en toda la provincia.
Los último datos oficiales que maneja el Ministerio de Vivienda, correspondientes al acumulado del primer semestre del año, no dejan lugar a dudas. Las empresas promotoras ha reducido en casi el 60% la compra de terrenos, según "Las Provincias".
Y es que el principal problema radica en el suelo, porque todo tipo de empresas y particulares -con la complicidad de las propias entidades financieras- han multiplicado sus activos en los últimos años pensando que la burbuja nunca iba a pincharse, minimizando los riesgos. Sin embargo, la crisis ha hundido la demanda y, con ello, los precios y el valor de la materia prima inicial.
En la primera mitad de 2008 el negocio de compraventa de suelo en el territorio alicantino apenas alcanzó los 156,2 millones de euros, cuando el año anterior se llegó a 505,8 millones. Se trata de una disminución de más de 349,5 millones de euros, que en porcentaje se traduce en un -69%.
Las estadísticas oficiales ministeriales evidencian que el volumen total de metros cuadrados adquiridos en la Costa Blanca asciende aproximadamente a 634.900, de enero a junio, una cantidad muy inferior a los más de 1,5 millones de metros contabilizados en la primera mitad del ejercicio pasado. Exactamente se trata de una reducción de 945.100 metros, que viene a anticipar un hundimiento aún mayor cuando se conozca definitivamente el balance de todo el año 2008.
En el periodo de análisis, el número de transacciones de suelo llevadas a cabo en la provincia asciende a sólo 340 operaciones, frente a las 571 de entonces. Se trata de una evolución negativa del 40,4%, en la misma línea de los anteriores parámetros. Eso sí, el diferencial es más del doble si la comparación se hace con las transacciones llevadas a cabo en los mismos meses de 2005 -en pleno boom del ladrillo-, ya que se llegó hasta las 739 operaciones.
Los expertos consultados, entre ellos muchos empresarios promotores, tienen claro que cualquier solución para salir del bloqueo, pasa ineludiblemente por una correción en los precios -tanto del suelo como de las viviendas- que todavía son claramente insuficientes para el escaso nivel de demanda existente. El mercado debe de corregir los mismos excesos que ha creado.
Lo que está claro es que la financiación fácil y barata dada en los años de bonanza por los bancos y cajas para la compra del suelo y para la ejecución de las construcciones se ha vuelto en contra como un boomerang. Ahora, el sector no le queda otra estrategia que la de apretarse el cinturón, dar salida al importante stock de viviendas acumuladas y diseñar para el futuro un crecimiento más ordenado y equilibrado. Los pelotazos con las plusvalías del suelo son ya pasado.
Los último datos oficiales que maneja el Ministerio de Vivienda, correspondientes al acumulado del primer semestre del año, no dejan lugar a dudas. Las empresas promotoras ha reducido en casi el 60% la compra de terrenos, según "Las Provincias".
Y es que el principal problema radica en el suelo, porque todo tipo de empresas y particulares -con la complicidad de las propias entidades financieras- han multiplicado sus activos en los últimos años pensando que la burbuja nunca iba a pincharse, minimizando los riesgos. Sin embargo, la crisis ha hundido la demanda y, con ello, los precios y el valor de la materia prima inicial.
En la primera mitad de 2008 el negocio de compraventa de suelo en el territorio alicantino apenas alcanzó los 156,2 millones de euros, cuando el año anterior se llegó a 505,8 millones. Se trata de una disminución de más de 349,5 millones de euros, que en porcentaje se traduce en un -69%.
Las estadísticas oficiales ministeriales evidencian que el volumen total de metros cuadrados adquiridos en la Costa Blanca asciende aproximadamente a 634.900, de enero a junio, una cantidad muy inferior a los más de 1,5 millones de metros contabilizados en la primera mitad del ejercicio pasado. Exactamente se trata de una reducción de 945.100 metros, que viene a anticipar un hundimiento aún mayor cuando se conozca definitivamente el balance de todo el año 2008.
En el periodo de análisis, el número de transacciones de suelo llevadas a cabo en la provincia asciende a sólo 340 operaciones, frente a las 571 de entonces. Se trata de una evolución negativa del 40,4%, en la misma línea de los anteriores parámetros. Eso sí, el diferencial es más del doble si la comparación se hace con las transacciones llevadas a cabo en los mismos meses de 2005 -en pleno boom del ladrillo-, ya que se llegó hasta las 739 operaciones.
Los expertos consultados, entre ellos muchos empresarios promotores, tienen claro que cualquier solución para salir del bloqueo, pasa ineludiblemente por una correción en los precios -tanto del suelo como de las viviendas- que todavía son claramente insuficientes para el escaso nivel de demanda existente. El mercado debe de corregir los mismos excesos que ha creado.
Lo que está claro es que la financiación fácil y barata dada en los años de bonanza por los bancos y cajas para la compra del suelo y para la ejecución de las construcciones se ha vuelto en contra como un boomerang. Ahora, el sector no le queda otra estrategia que la de apretarse el cinturón, dar salida al importante stock de viviendas acumuladas y diseñar para el futuro un crecimiento más ordenado y equilibrado. Los pelotazos con las plusvalías del suelo son ya pasado.
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