En su saludo a los premiados, el jefe del Consell ha destacado que los Premis Rei Jaume I son "los más relevantes en el campo de la ciencia española", lo que "entronca con la vocación de la Comunitat Valenciana de participar en el proyecto de España desde una mirada de apoyo y aportación a la ciencia".
Puig ha remarcado la posición de la Comunitat "en la defensa, proyección y valorización de la ciencia, la innovación y el emprendimiento".
"Esa es la esencia de estos premios y la esencia de lo que la Comunitat Valenciana quiere aportar a España", ha agregado.
Asimismo, ha manifestado "el agradecimiento y reconocimiento del pueblo valenciano al trabajo de los galardonados, en unos premios que tienen una doble virtualidad: premian la excelencia y tienen la mirada universal de la ciencia al tiempo que una clara vocación de valorizar lo que hace la ciencia, la tecnología y la innovación en España".
También ha señalado la voluntad de la Comunitat de "continuar avanzando en esa dimensión de razón, de ciencia y de ilustración, superando las rivalidades y las miradas alicortas y respondiendo a la necesidad de autoestima que tenemos los distintos pueblos que conforman el país".
Los Premios Rei Jaume I de 2020 son, en la categoría de Investigación Básica, Francisco José García Vidal; en la de Economía, Diego Puga Pequeño; en la de Investigación Médica, Miguel Beato del Rosal; en la de Protección del Medio Ambiente, Fernando Maestre Gil; en la de Nuevas Tecnologías, Laura M. Lechuga Gómez, y en la de Emprendedor, Verónica Pascual Boé.
El físico teórico de la Universidad Autónoma de Madrid Francisco José García Vidal ha explicado su trabajo en el estudio de la interacción de la luz con la materia en la escala microscópica o nanofotónica.
Según ha indicado, el fin último de esta línea de investigación premiada es "poder hacer circuitos fotónicos que pudieran reemplazar en un futuro no muy lejano a los circuitos electrónicos, con un componente de futuro y beneficio a la sociedad".
El economista del CEMFI de Madrid Diego Puga Pequeño se dedica a la economía espacial, la parte de la economía que se encarga de "ayudarnos a entender por qué importa no solamente lo que producimos, sino también donde lo hacemos". Puga se ha referido "al dónde, no como sitio geográfico, sino cómo nos coloca con respecto a los demás y cómo nos situamos unos con relación a otros".
El médico y biólogo molecular Miguel Beato del Rosal creó en el año 2000 el Centro de Regulación Genómica de Barcelona donde se dedica al estudio del aspecto "más desconocido" de la acción de las hormonas, que es "cómo modulan la acción de los genes y cómo actúan a nivel de la estructura de la cromatina y de las necesidades del entorno".
El biólogo e investigador del programa GenT de la Universidad de Alicante Fernando Maestre Gil dirige el Laboratorio de Zonas Áridas y Cambio Global. Su trabajo se centra en "intentar comprender como funcionan los ecosistemas áridos del planeta" y "cuál es el papel de los componentes de los ecosistemas como la biodiversidad y cómo los ecosistemas van cambiando ante cambio climático".
La doctora, profesora de investigación del CSIC y jefa de grupo del CIBER-BBN en el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología, Laura M. Lechuga Gómez, se ha referido a su trabajo en el desarrollo de dispositivos nanotecnológicos que "permiten hacer medida muy rápida y precisa, pero también muy precoz de las enfermedades".
Así, con una gota de sangre, orina o saliva el dispositivo nanotecnolófgico "te puede decir si estás comenzando un proceso canceroso o una infección".
Finalmente, la propietaria de una empresa dedicada a la robótica móvil Verónica Pascual Boé trabaja en la fabricación de vehículos sin conductor que automatizan procesos industriales de grandes corporaciones del automóvil, la aeronáutica, la comida, la farmacéutica y la cosmética.
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