Mazazo. Esa es la sensación que reina en el ámbito económico y financiero tras el "crack" de la primera inmobiliaria española cotizada: Martinsa-Fadesa. Pese a que los comentarios al uso eran que las entidades financieras no iban a dejar caer al coloso presidido por el ex-presidente del Real Madrid, Fernando Martín, la realidad ha superado a la ficción.
Los "gurus" han errado en sus pronósticos y las quinielas a favor de Martinsa-Fadesa se han quedado en meras especulaciones. La compañía ha entrado en barrena y tras un viernes rojo, llegó el lunes negro.
Los nubarrones sobre la burbuja inmobiliaria en España con el desplome de Martinsa-Fadesa, se han convertido en una tormenta que amenaza con desatar un "tsunami" con repercusiones en algunas entidades financieras.
La apuesta en exceso por el sector inmobiliario puede traer cola. En el caso de las dos principales cajas de ahorros de la Comunidad Valenciana, CAM y Bancaja, existe un excesiva dependencia y exposición al riesgo de dicho sector. Su excesiva dependencia del ladrillo y su debilidad, han suscitado informes negativos de las agencias de calificación.
El más reciente es el emitido por Standard & Poor's, publicado el pasado 8 de julio. En este informe la citada agencia bajaba a Bancaja y CAM su rating desde A+ a A, con lo que les degrada un nivel "por un deterioro de la calidad de los activos".
Jesús Martínez Torá, director general de Instituciones financieras de S&P en un informe fechado el siete de julio de 2008 señala sobre CAM que "cuenta con una elevada exposición al sector inmobiliario y a pequeñas y medianas empresas (pymes) que son vulnerables al abrupto coste de este sector".
Respecto a Bancaja, el informe de Standard & Poor's prevé que se produzca una mayor presión sobre sus cuentas "por el negativo entorno operativo; por una caída de los ingresos provenientes del negocio inmobiliario; por el aumento de los costes de financiación y la necesidad de mayores provisiones".
El informe prosigue: "Bancaja cuenta con un riesgo de mercado mayor que sus competidores por su cartera de participaciones industriales".
Otro informe revelador es el emitido por CECA (Confederación Española de Cajas de Ahorro), en el que se ponía de manifesto el exceso de ambas instituciones por solicitar préstamos a las entidades financieras para financiar sus inversiones. La práctica de recurrrir al mercado interbancario suele realizarse de manera excepcional, dado el elevado coste que supone para la entidad que lo solicita.
El informe de la CECA apuntaba que debido a la falta de liquidez de algunas cajas de ahorros, especialmente las que cuentan con menos capacidad de recaptación de recursos, este mecanismo se ha convertido en una práctica generalizada en algunas entidades.
En esta situación se encuentran las tres cajas de ahorro valencianas. Bancaja, CAM y Caixa Ontinyent. De éstas, especialmente Bancaja y CAM muestran unas cifras más que significativas.
El ratio de liquidez de Bancaja calculando la diferencia entre los saldos del interbancario activo y del pasivo, es negativo, de -7,09 puesto que el balance neto es de -5.514 millones de euros sobre un activo de 77.775 millones de euros. Es decir, Bancaja está recurriendo de forma intensiva al mercado interbancario, de hecho, inlcuso algunos bancos estudian minuciosamente sus peticiones.
El ratio de liquidez de CAM calculando la diferencia entre los saldos del interbancario activo y del pasivo es también negativo, -9,73 puesto que el balance neto es de -6.686 millones de euros sobre un activo de 68.720 millones de euros. Es decir, también recurre, con mayor intensidad, a los préstamos interbancarios.
Otro informe fue el realizado por la agencia Bloomberg. Según este informe Bancaja tiene emitidos 20.100 millones de euros en deuda, a un tipo medio del 4,03 %. Este año Bancaja debe asumir el vencimiento de 2.248 millones de euros concentrados en el último trimestre de 2.008. Además, en 2009 Bancaja deberá hacer frente también, y según cálculos de la agencia Bloomberg, a vencimientos de deuda por un importe mínimo de 2.270 millones. La suma de ambos vencimientos ascienden a 4.474 millones de euros.
Otro informe fue el realizado en de 2007 por la agencia Fitch, considerada la de mayor prestigio en su campo, que rebajó en su día el rating individual de Bancaja. En un comunicado indicó que ha reducido la calificación de “A/B” hasta el nivel B, por el “elevado riesgo de concentración en el sector inmobiliario”.
A estos informes hay que añadir el informe PricewaterhouseCoopers sobre la emisión de las cuotas participativas de CAM.
Por ello, ante la coincidencia de los análisis e informes de agencias internacionales y los infomes de la propia CECA, CAM y Bancaja, no tienen otra salida que su fusión.
El presidente Camps debe ser audaz y asumir la realidad, si no quiere pasar a la historia como el presidente de la Generalitat que dejó a CAM y Bancaja adentrarse en un túnel sin salida. Debe apostar por la fusión de ambas entidades. Esa es su responsabilidad. El momento económico y la coyuntura financiera actual, nacional e internacional, requiere una apuesta decidida.
La fusión de ambas entidades, regida por parámetros de una extrema rigurosidad financiera e inversora, dotaría de un nivel de protección a los ahorradores e impositores que tienen depositada su confanza en estas dos instituciones financieras, y les permitiría afrontar con más garantías las turbulencias que la crisis financiera internacional, que va a más, provocará.
Además, las dos cajas que se complementan, tanto geográfica, como social y económicamente, fusionadas constituirían una entidad más competitiva y con más garantías de cara a futuros inversores y posibilitaría la participación en economías de escala y la diversificación en sectores estrátegicos, recuperando cuota de mercado en toda la geografía española.
La fusión, además, posiblitaría también desprendeserse con más facilidad de los lastres que ambas tienen, así como mayores ahorros en los costes financieros que la caja fusionada podría utilizar a través de la liquidez que obtenga del ahorro de esos costes. Además, la fusión también permitiría mayores facilidades para desprenderse de rémoras que tienen por separado Bancaja y CAM.
Con la fusión, la Comunidad Valenciana contaría con una entidad financiera de peso, que incluso, podría condicionar inversiones industriales en nuestro territorio.
El presidente Camps es quien debe poner en marcha este proceso para dar salida a una coyuntura que se augura complicada para ambas entidades. Lo dicho, Bancaja y CAM, fusión, ahora o nunca. Después puede, ojala me equivoque, que ya sea tarde.
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