ALICANTE.- Los trabajos de prospección y localización de fosas comunes en el campo de concentración franquista de Albatera se encuentran en su última fase y estos días el equipo de arqueólogos efectúa sondeos mecánicos para tratar de ubicar una de las posibles localizaciones de la fosa común que se cree que existe.
El arqueólogo que lidera este proyecto de investigación, Felipe Mejías, ha explicado que están trabajando "en función de los resultados preliminares del georradar y de un testimonio oral que vio un enterramiento en una de las zanjas que hizo para colocar los tubos", que ahora están siguiendo para la localización de la fosa común.
La consellera de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, Rosa Pérez Garijo, ha visitado este viernes los terrenos donde se ubicaba el campo de concentración donde fueron represaliados alrededor de 20.000 prisioneros y prisioneras.
"La investigación arqueológica del campo de Albatera busca dar luz a una de las páginas más crueles y dolorosas de la postguerra", ha dicho Pérez Garijo.
Este proyecto cuenta con una subvención de la Conselleria de Calidad Democrática de 17.600 euros para realizar un análisis arqueológico de los terrenos ocupados por el campo de concentración franquista de Albatera. La intervención fue solicitada por el Ayuntamiento de San Isidro, municipio donde está situado el recinto tras su segregación de Albatera en 1993.
Entre abril y noviembre de 1939 este campo de concentración se utilizó como centro de clasificación de prisioneros donde fueron a parar, entre otros, todos aquellos que no pudieron exiliarse en el Stanbrook, el último barco que partió desde el puerto de Alicante con refugiados republicanos.
Los trabajos comenzaron el pasado 23 de octubre en una parcela de 14 hectáreas donde se prevé hallar la fosa común donde fueron enterrados los presos asesinados o que sucumbieron a las pésimas condiciones de vida impuestas por las autoridades franquistas.
Las labores han consistido hasta ahora en una prospección arqueológica completa con métodos no invasivos y a partir de los resultados se están ejecutando sondeos mecánicos para localizar la fosa común.
En el caso de hallarse restos humanos se procederá a su exhumación e identificación, para lo que será necesario un nuevo proyecto.
Hasta el momento, según Mejías, han hallado una antigua zanja de evacuación de aguas que podría pertenecer al campo republicano -antes de convertirse en un campo de concentración era un espacio de trabajo de la República-, y también "casquillos de fusil de esos años 1936, 1937 y 1938; monedas; restos de alambradas, insignias o un colgante religioso de esa época".
La consellera ha recordado que "el campo fue desmantelado y quedó sumido, como tantos otros episodios, en el olvido y la desmemoria".
"Todo lo que hallemos debe servir para ampliar el conocimiento de esta página de nuestra historia y ayudar a que la ciudadanía descubra la importancia histórica, patrimonial y memorialística de este espacio", ha dicho.
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