MADRID.- Un total de seis bancos afronta vencimientos de deuda por 26.435 millones de euros, frente a los 18.292 millones de cuarenta cajas. La dificultad para emitir bonos desde que estalló la crisis somete a presión a las entidades, según publicaba ayer "Expansión".
Los vencimientos de deuda apremian y el mercado mayorista está lejos de volver a la normalidad. En los últimos años, la banca española ha disfrutado del acceso a la liquidez sin dificultades y a un bajo precio, con unos tipos de interés en mínimos históricos, principalmente desde medidados de 2003 a finales de 2005.
Sin embargo, la crisis y el giro en la política monetaria han modificado el panorama. Los tipos ya no están al 2%, sino al 4% y, si se cumplen los pronósticos de los analistas, estarán 25 puntos básicos por encima el próximo jueves.
En este nuevo escenario, los bancos y las cajas afrontan en lo queda de año vencimientos de deuda (bonos senior, cédulas y titulización de cédulas multicedentes) por importe de 44.727 millones de euros. Pero la etapa de bonanza ha terminado y los costes de financiación se han disparado por la mayor aversión al riesgo de los inversores, que demandan una rentabilidad más alta.
Un grupo de seis bancos (Santander, BBVA, Popular, Sabadell, Bankinter y Banesto) acumula 26.435 millones, frente a los 18.292 millones de cuarenta cajas, según cálculos de este diario.
El aviso lanzado por el Banco de España a las entidades para que hagan un esfuerzo por reabrir los mercados es una muestra de que se trata de una vía de financiación indispensable para la banca española. Desde abril, bancos y cajas han colocado cédulas y deuda senior por importe de 20.258 millones, pero todavía queda mucho por hacer.
Entre los más grandes, Santander, al que le vencen 14.330 millones (incluido filiales, excepto Banesto), ha captado unos 6.800 millones; La Caixa, con compromisos de 3.489 millones, ha emitido 2.338 millones; Caja Madrid, que tiene que pagar deuda por 5.351 millones, ha lanzado bonos por 2.850 millones; y Bancaja o CAM, con vencimientos de 2.212 y 715 millones, respectivamente, han emitido 1.000 millones cada una.
“No es que existan dificultades para refinanciar la deuda de este año, es una cuestión de precio y, si esto se alarga, el impacto en las cuentas será mayor”, indica Daniel Manzano, socio director de AFI. Michael Geoghegan, consejero delegado de HSBC, reconoció en una entrevista con "Expansión" que todavía quedan 15 ó 18 meses para que amaine la tormenta.
Además de los altos precios, la mayoría de las emisiones realizadas desde abril se han lanzado a un plazo de dos años, por lo que se está engrosando el volumen de vencimientos en el corto plazo. Estos alcanzan los 75.557 millones para 2009 y los 70.998 millones para 2010, es decir, el 29,36% de los 498.997 millones de la deuda total emitida.
“Si la crisis perdura, los vencimientos que se acumulan para 2009 y 2010 son considerables, aunque es cierto que se prevé una desaceleración del negocio y, por lo tanto, se reducirán las necesidades de financiación”, añade Alejandro Sánchez Pedreño, director de ventas y trading de renta fija de Ahorro Corporación Financiera.
Según los expertos, en estos momentos el tamaño sí importa. “Los inversores miran el ráting y los activos, y con ello fijan un precio”, añade el director de mercados de capitales de un banco francés. Por ello, las cajas, principalmente las más pequeñas, están pagando un precio más alto que los bancos.
Un conjunto de cajas con activos por debajo de 20.000 millones tiene vencimientos por importe de más de 3.000 millones. “Está claro que las cajas tienen más complicado acceder al mercado, principalmente las más pequeñas”, señalan fuentes de un banco colocador.
En el último mes, Caja Duero, que tiene vencimientos por 150 millones, emitió bonos por 220 millones y un diferencial de 135 puntos básicos; Caja Murcia, que tiene que repagar 200 millones, captó 300 millones a 125 puntos básicos.
Para evitar problemas, la banca lleva meses poniendo a tope la máquina para captar depósitos, que suponen el 80% de la financiación del crecimiento del crédito en algunos casos; ha incrementando la demanda de préstamos al BCE; y continúa el vigor de las emisiones de pagarés. “Muchas de las alternativas son a corto plazo”, añade Manzano.
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