La capital argentina, por ser una de las ciudades que más exiliados españoles acogió tras el conflicto armado que enfrentó a franquistas y republicanos, ha sido escogida para albergar una de las jornadas conmemorativas que durante este año se realizan en varios países europeos y latinoamericanos.
Tras los eventos celebrados en España, Francia y Suiza, Buenos Aires acogió hoy varios actos organizados por la Universidad Nacional de Educación a Distancia y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, que reúnen a exiliados, familiares y expertos en la materia para contribuir a la conservación de la memoria.
Una de las citas más destacadas de hoy fue una mesa redonda que reunió a varios "Niños de la Guerra" que tuvieron que dejar España durante el conflicto armado y abandonar un país que apenas llegaron a conocer.
Salud López, de 74 años, sabe que, a pesar de haber tenido que exiliarse con apenas tres años, tuvo la fortuna de poder hacerlo con su madre, su hermano pequeño y su padre, combatiente republicano "hasta que lo dieron por inútil porque quedó sordo", por lo que pudieron juntarse en la frontera y cruzar juntos, explicó.
Tras vivir varios años en Francia, donde padecieron las penurias de la Segunda Guerra Mundial, sus padres se dieron cuenta de que allá "no podrían conseguir nada" y decidieron viajar a Argentina, donde Salud vive desde los 13 años.
Aunque reconoció que el recuerdo de sus primeros años de vida en España es "absolutamente nulo", aseguró que se siente española y que vuelve a su país siempre que puede para ver a su familia, lo que le permitió reencontrarse con una de sus abuelas antes de que muriera.
Consciente de que la guerra le hizo vivir una infancia muy dura, especialmente en Francia, donde pasó hambre y muchas privaciones, dijo que no siente rencor por su país, al que vuelve siempre "muy contenta" porque allí están sus "raíces".
López reconoció estar orgullosa de su país de origen pero también del de acogida, situación muy diferente a la de Ángela Prado, nacida en el País Vasco en 1933 y exiliada también en Francia durante el conflicto armado, aunque ella pudo regresar una vez concluido y reencontrarse con su padre, preso durante la contienda.
Como su padre no conseguía trabajo, recordó que viajaron a Argentina en 1949, cuando Ángela tenía 14 años, porque, en sus propias palabras, no tuvieron "más remedio".
"Mi padre murió a los dos años de estar en Buenos Aires y a los ocho días de llegar ya se quería volver a España, pero no pudimos porque no teníamos plata. Siempre nos decían que éramos gallegos de mierda, que habíamos ido a quitar el pan a Buenos Aires. Todavía me lo dicen. Todos sufrimos el desprecio de los argentinos por ser españoles", comentó.
Sesenta años después de haber llegado a Argentina, Prado lamentó no haber tenido amigos en este país y sostuvo que no le gusta hablar de España, a donde nunca pudo volver por falta de recursos económicos, porque sufre mucho.
El caso de Vicente Vizcarro es todavía más complicado porque, al haber nacido en Francia por estar sus padres exiliados en el país vecino, nunca ha podido conocer España porque sus posibilidades económicas no se lo permiten, según explicó.
"Yo me siento español por la cultura que he recibido de mis padres, pero el gobierno español no me considera español porque nací en el extranjero. Soy un hombre que no tiene patria. Los papales me han demostrado que yo no soy de ningún lado y soy de todos. Ésas son las consecuencias de la Guerra Civil española", lamentó.
En total, fueron alrededor de 800 los "Niños de la Guerra" que, como consecuencia del conflicto armado que vivió España entre 1936 y 1939, tuvieron que exiliarse en Argentina.
Los actos conmemorativos continuarán mañana en la ciudad de Rosario, a unos 300 kilómetros de Buenos Aires, y posteriormente se trasladarán a Uruguay y a México, para terminar en Madrid en diciembre.
El desarrollo de estos actos, entre los que hay conferencias, mesas redondas y exposiciones, pretende ser "una manera de impedir que los exiliados sigan habitando en el olvido", aseguró este martes, en la inauguración del evento, la Consejera de Educación de la Embajada de España en Buenos Aires, Inés Sereno.
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