En un informe titulado 'Eliminación de los obstáculos: la movilidad y el desarrollo humano', la agencia de la ONU intenta "sacudir los mitos sobre la migración". "Cuando la recesión mundial termine, la demanda de mano de obra emigrante se relanzará", señala la directora del informe, Jeni Klugman.
"La recesión es precisamente una oportunidad muy especial para adelantar los debates y las reformas en las políticas de migración", subraya.
"No es tiempo para el proteccionismo anti-inmigrante, sino para efectuar reformas que promoverán beneficios a largo plazo", señala, aunque reconoce que "convencer a la opinión pública sobre este compromiso requiere coraje".
El PNUD sostiene que "vivir donde se desea es un elemento clave de la libertad humana" y pretende demostrar que los flujos migratorios benefician tanto a los migrantes como a los países de origen y a los países de acogida.
"El informe no aboga por una liberalización sin freno pues la población del país de destino tiene derecho a modelar su sociedad, pero sostiene que sería prudente aumentar el acceso a sectores con alta demanda de mano de obra, incluidos los empleos de baja calificación", indica el PNUD, señalando el envejecimiento de la población de muchos países desarrollados.
Contrariando los lugares comunes, el informe subraya que "los habitantes de los países pobres son los que menos se movilizan: así, por ejemplo, menos de 1% de los africanos han emigrado a Europa".
Entre los migrantes internacionales, que se calcula será 188 millones en 2010, o sea el 2,8% de la población mundial (74,1 millones en 1960, o sea 2,7%), menos de un 30% van de un país en desarrollo a uno desarrollado.
"Contrariamente a lo que se cree en general, los migrantes desarrollan la actividad económica y dan más de lo que reciben", subraya el informe.
"Investigaciones detalladas demuestran que la inmigración generalmente aumenta el empleo en las comunidades que la acogen, no perturba el mercado laboral local y mejora la tasa de inversión de las empresas y nuevas iniciativas", precisa el PNUD.
Los que más ganan son, sin embargo, los propios migrantes.
Un estudio citado en el informe muestra que los migrantes de los países más pobres, tras haber emigrado a un país desarrollado, multiplicaron en un promedio sus ingresos por 15, duplicaron su índice de escolaridad y dividieron entre 16 su mortalidad infantil.
El informe cita el caso de Juan, nacido en una familia pobre del México rural y que dejó la escuela a los 12 años. A los 18 años se trasladó con su padre a Canadá, donde comenzó trabajando con un permiso temporal, luego obtuvo un derecho de residencia permanente y "terminó creando una empresa que emplea a canadienses de origen".
Para facilitar la inmigración, el PNUD recomienda una serie de reformas.
En particular pide "abrir los canales de entrada existentes a más trabajadores", en particular a los menos calificados, así como "garantizar el respeto de los derechos humanos fundamentales de los migrantes, como el acceso a la educación y la salud, así como el derecho al voto".
No hay comentarios:
Publicar un comentario